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LA LIDIA / LAS VENTAS

Que vuelva Chopera

Trasteaba de pitón a pitón El Melenas a un hermosísimo berrendo en negro lucero (casi ensabanao o albaío capirote) de acaramelados pitones, y eran las 21.30 horas. Buenas horas para cenar, no para estar en los toros. En Las Ventas las corridas duran una eternidad, por culpa de los toros que se devuelven al corral, por culpa de la mala parada de cabestros que no se los llevan, por culpa del cabestrero que los distrae. Quizá, tambíén, por culpa del empresario, que se marcha en agosto, el melonar se queda sin amo, y no se sabe qué ocurre, pero los toros se caen, como atacados de miseria perniciosa. Que vuelva, clama la afición.El pasado agosto ocurrió lo mismo y el anterior también. Chopera se marcha, unos dicen que a ligar bronce, otros que a preparar la feria de Bilbao, y en su ausencia no hay toro que aguante sobre las cuatro patas. Importa poco que sea de impresionante trapío y bellísima estampa, como ayer, donde pudimos admirar capas de fantasía, en las gamas de negro y blanco: el cárdeno o el entrepelao, el zaíno o el mulato, el berrendo o el nevado; el lucero, el calcetero; y desarrolladas cornamentas, astifinas, agresivas.

Plaza de Las Ventas

15 de agostoCinco toros de Sánchez Cobaleda, de preciosa estampa y trapío, inválidos: quinto, sobrero de Fernández Palacios, cinqueño, con trapío, bronco. Pedro Benjumea. Dos pinchazos y media atravesada echándosefuera, rueda de peones y, descabello (silencio). Dos pinchazos bajos y dos descabellos (silencio). Pepe Pastrana. Pinchazo bajísimo, otro, estocada caída tendida y rueda de peones (silencio). Pinchazo, estocada desprendida y descabello barrenando (algunas palmas y saluda por su cuenta). El Melenas. Dos pinchazos, estocada corta delantera contraria, rueda de peones y cuatro descabellos; la presidencia le perdonó un aviso (silencio). Dos bajonazos delanteros (silencio).

Pero este capricho de ganado no tenía fuerza. Como siempre acontece, salía pujante, en segura galopada hacia el cite, acometía con brío, y no habían transcurrido dos o tres minutos cuando empezaba a temblequearle las patas, babeaba, se venía abajo. Los dos primeros toros fueron devueltos al corral, pues sus caídas eran escandolosas, y los restantes, salvo el sobrero, de Fernández Palacios, no soportaron ningún tercio de varas completo.

Una pena de toros, y no sólo por su estampa, sino también por la casta que se les adivinaba. El sexto, por ejemplo, tomó tres puyazos con una fijeza extraordinaria, más como flojeaba, en la muleta se defendía y El Melenas hubo de limitarse al trasteo de pitón a pitón mencionado. En el tercero instrumentó unas verónicas de gran temple cuando embarcaba sobre el pitón izquierdo, las manos muy bajas, y pretendió una faena de altos vuelos, con cite de largo para prologarla. Vano propósito, pues, el toro no iba de largo, y de corto, más bien poquito, por lo que resolvió ensayar derechazos, rectificando lo que hiciera falta.

El sobrero, cinqueño pasado, largo y muy serio, tenía otra entereza. Demasiada. Pepe Pastrana lo creyó boyante y se sorprendió cuando, al segundo muletazo, los pitones le apuntaban a la faja. De aquí en adelante el cinqueño iba desarrollando sentido, con el consiguiente peligro. Cada embestida se resolvía con un derrote al bulto que helaba la sangre. Probón e inválido el segundo, Pastrana le obligó en media docena de derechazos buenos y no consiguió más pases, pues ésos eran los únicos que tenía el toro.

En la cuadrilla de Pastrana militaba el Calatraveño, de azul y plata vestido. Veterano espada, protagonista durante muchos años de las durísimas corridas veraniegas de Las Ventas, ayer lo pisó por primera vez como peón. Mejor suerte merecía este legionario del toreo, víctima de la injusticia connatural al mundillo; relegado a tumbar lo peor que parieran las peores vacas en las más desacreditas dehesas, a cambio de corto salario.

De su época es Pedro Benjurnea que continúa en la liza. No se confió ayer, ni había con qué confiarse. A un inválido que se quedaba en la suerte y a un corpulento ejemplar de medía arrancada, los trasteó con oficio, procurando exponer lo menos posible.

Después, en la noche, hubo sorteo de jamones y verbena porque era el día de la Virgen y la empresa lo festejaba así. La afición hubiera preferido toros íntegros, pero mientras Chopera esté ligando bronce o preparando la feria de Bilbao, se va a quedar con las ganas. A ver si vuelve, pues a quienes le sustituyen se les caen los toros. Cosas raras que pasan en Madrid.

Cogida grave de Emilio Muñoz

Emilio Muñoz fue cogido ayer en Málaga por un toro de Algarra. Sufre herida en submaxilar, con trayectoria arriba y adentro, que rompe fibras musculares, perfora suelo de la boca y contusiona la mandíbula. Y otra de quince centímetros en el muslo derecho, que secciona músculo exterior y deseca tabique posterior del recto. Pronóstico grave.

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