El periodismo de televisión en Estados Unidos cada día más cerca del mundo del espectáculo
La presentación de los telediarios en Estados Unidos se asemeja cada día más al mundo del espectáculo la celebridad de los periodistas va pareja a contratos fabulosos y la angustia del futuro depende de los paneles de audiencia. Lanzados al mercado como cualquier otro producto, controlados por una nube de consejeros y representantes, sometidos a los caprichos de los directores, la carrera de los más de 1.500 periodistas que presentan las noticias a los norteamericanos corre la misma suerte que la de las estrellas del cine.
Los especialistas en comunicación, pese a su rigor científico, no han podido establecer la fórmula exacta del perfecto periodista de televisión, con la seguridad de que guste y de que haga subir las cotas de audiencia. Según el director de una cadena de televisión de Filadelfia, "la magia de un buen periodista de televisión es tan dificil de apresar como el humo de un cigarro: se puede ver, pero no agarrar".Cristine Craft, periodista de 38 años, recientemente despedida de su trabajo, ha decidido denunciar a la cadena de televisión de Kansas City, Estado de Missouri, en la quetrabajaba, porque las exigencias draconianas en relación con su vestimenta, su maquillaje y su forma de estar en pantalla no tenían nada que ver, según ella, con su oficio de reportera. El director de la cadena le notificó el despido porque es "demasiado vieja, demasiado fea y poco respetuosa con la autoridad masculina", y añadió que en "Kansas City nos gustan bonitas y tiernas". El caso de Cristine Craft podría parecer un caso de discriminación sexista, pese al aumento de las periodistas -un 36% en 1982 frente a un 11 % en 1972- en las pantallas norteamericanas. Sin embargo, se estima que los periodistas norteamericanos están sometidos al mismo trato. En Los Angeles, un grupo de telespectadoras fue sometido a un test de galvanización, que registraba la sudoración de sus manos, y como no fueron motivadas por el atractivo del periodista, éste fue despedido.
Numerosos periodistas y directores de televisión admiten que el aspecto es importante sólo en la medida en que "refleja la credibilidad y la integridad del periodista y da una dimensión de su calor y de su sensibilidad". Para Dorothy Fuldheim, decana de los periodistas norteamericanos, que a sus 90 años acaba de firmar un nuevo contrato por tres años con un canal regional de Cleveland, la "belleza tiene su momento".
Competencia feroz
La competencia entre.los periodistas de televisión es feroz. Algunas cadenas ven hasta 300 películas antes de hacer una elección. Las cadenas de televisión intentan de esta manera reducir al mínimo el riesgo que supone el lanzamiento de un nuevo presentador. Cuando un programa baja de popularidad, los ingresós por publicidad pueden descender hasta en un millón de dólares. Al final de esta carrera de obstáculos, los contratos de los presentadores oscilan entre 500.000 y 700.000 dólares anuales (75 y 105 millones de pesetas).Diana Sawyer, considerada por el semanario Newsweek como la estrella de la información en televisión, calificada. como "brillante, seductora, enérgica y espiritual", empieza su jornada a la 1.30 horas, con unos honorarios de 800.000 dólares anuales (124 millones de pesetas).
En un libro de próxima aparición sobre periodistas de televisión, Bárbara Matusow dice que la célebre Bárbara Walters firmó un contrato en 1976 por un millón de dólares (150 millones de pesetas) con la cadena ABC en el que se estipulaba que debía tener a su servicio un asistente, un maquillador, una persona encargada de su ropa, y un peluquero.
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