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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La Seguridad Social

Yo no voy a tratar aquí de cuestiones administrativas, ya que es algo en lo que no puedo entrar; sé lo que nos dicen y... lo admito. De ello deduzco que, efectivamente, algo hay que hacer para sanear ese déficit que -a fin de cuentas- pagamos entre todos los españoles. Yo sólo pretendo plantear aquí dos problemas candentes que caulquier profano como yo puede comprender perfectamente.Uno es el de la salud dental de los españoles. Las enfermedades de la boca -sea cuál sea su etiología- han de ser consideradas como cualquier otra enfermedad dentro del régimen de la Seguridad Social, de modo que cualquier español no tenga otra solución que ir viendo cómo su boca se va quedando desprovista de sus útiles y muy apreciados dientes desde el comienzo del primer diente careado, ya que su Seguridad Social sólo cubre la simple extracción dentaria. Porque, ¿quién puede costearse un empaste o una limpieza dental por un especialista? ¿Quién puede permitirse el lujo de una prótesis dentaria después de una extracción? Sólo un porcentaje mínimo de españoles -y no por cultura o por higiene, sino, simplemente, por cuestiones económicas- puede permitirse el atender debidamente su boca, tal y como está planteado este problema por nuestro sistema de Seguridad Social. Cambiemos el sistema y quizá logremos cambiar las estadísticas.

Otro problema es el de la exclusión como beneficiario al llegar a cierta edad: los hijos, al llegar a los 21 años, quedan excluidos automáticamente como beneficiarios -al menos en cuanto a asistencia sanitaria- del sistema de Seguridad Social. Y uno se pregunta: ¿quién se encarga, entonces, de la salud de estos españoles hasta que encuentren empleo y coticen por sí mismos y por su empresa a una mutualidad? ¿O es que se piensa que, al llegar a esa edad, queda inmune a la enfermedad? ¿O bien que su padre, madre o tutor se convierte económicamente en un potentado? ¿O es que se da por supuesto que, a partir de esa edad, su puesto de trabajo está garantizado por el Estado? Creo que -al menos-, en cumplimiento de la Constitución, estos españoles merecen todo nuestro respeto y, por tanto, otro tratamiento en esta cuestión. /

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