El Mediterráneo es socialista

PuebloPuede asegurarse que ya, sin ninguna excepción, el Mediterráneo europeo es socialista. Bettino Craxi, el jefe de los socialistas italianos, acaba de asumir el poder. Ciertamente, la precariedad de su situación -si nos atenemos a los resultados electorales- no tiene parangón en ningún otro país gobernado por el socialismo. Pero también es cierto que la de Craxi constituye una de las figuras más sólidas en el cuadro de la política italiana, y que a sus virtudes públicas se añade una tenacidad y una voluntad que avalan el porvenir de la difícil cohesión que ha logrado construir.Se sabe que desde 1945 gobernar en la Italia democrática nacida de la guerra mundial, primero, de la guerra civil, después, constituye un reto a la real configuración del esquema de fuerzas. (...)

(...) La presencia de Craxi en la vida política italiana ha modificado la relación de fuerzas -tras el retroceso de la Democracia Cristiana, viciada por la corrupción y el clientelismo-, de tal modo que con el 11,5%, de los votos el jefe socialista ha podido trabajar un gabinete de centro-izquierda mucho más sólido que el de iguales experiencias anteriores, y con él de máximo responsable. Craxi ha logrado con singular habilidad un acuerdo entre los distintos grupos, salvo el comunista y la extrema derecha, ante el cual se abre una perspectiva relativamente positiva. Si Craxi actúa con decisión y prudencia y sabe crear una nueva política -todos los pronósticos son favorables-, remontará el peligroso vacío que ha venido amenazando a las instituciones democráticas italianas.

6 de agosto