La Marina argentina se muestra reacia a aprobar la ley de 'autoamnistía' del Gobierno

La creciente oposición interna y la presión internacional pueden retrasar la aprobación de la ley de Amnistía que pretende dictar el Gobierno militar argentino. La Junta que integran los comandantes en jefe de las tres armas ya ha aprobado, al parecer, la redacción definitiva, pero la Marina se niega a asumir la responsabilidad.

En la última reunión, el almirante Franco planteó ante sus pares del Ejército de Tierra y del Aire la posición de su arma. La Marina se opone a la ley por "razones éticas, morales y jurídicas" en lo que considera un planteamiento "irreversible".A pesar de un comunicado oficial que desmintió cualquier posible desacuerdo, el Alto Mando de la Fuerza Aérea señaló que todavía se discuten las características de la ley y el momento oportuno para su sanción. Otro de los puntos que preocupa a los militares es la cantidad de detenidos subversivos a los que afectaría la medida. Una de las propuestas pretende reducir el alcance de la ley.

La Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, el Movimiento al Socialismo y el resto de los partidos se pronunciaron en contra de la medida, como ya lo habían hecho antes radicales y peronistas. También se ha mostrado contrario Italo Lúder, quien será seguramente el candidato a presidente por los peronistas.

Para hoy estaba prevista la partida de los parlamentarios europeos que mantuvieron contactos con dirigentes de los partidos y de las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Las Madres de Plaza de Mayo destacaron el grado de compromiso asumido por el grupo. La delegación, integrada por cinco italianos, un belga y un alemán, se acercó el jueves hasta la Plaza de Mayo a pesar de la prohibición oficial.

Poco antes de comenzar la marcha, un grupo reducido de provocadores ultras distribuyó panfletos e insultó a las madres. La agresión fue respondida por un sector del público presente, que obligó a huir a los cuatro jóvenes.

Hipólito Solari Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical, y el dirigente demócrata cristiano Augusto Conte, marcharon encabezando la columna de las madres junto a su presidente, la señora Hebe de Bonafini. Desde la terraza de la Casa de Gobierno un fotógrafo y un operador de vídeo registraban los movimientos de la columna. Entre el público había además un centenar de policías de paisano.

Las madres, acostumbradas ya a reconocerles, apuntaban hacia ellos sus megáfonos cuando comenzaban a cantar "Ni olvido ni amnistía, aparición con vida" y otro estribillo: "Ahora resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables".