Colaboración ciudadana

El miércoles 20 de julio, a las 18.30 horas, extravié mi agenda, documento de identidad, un cheque, varias credenciales de Prensa y una nutrida selección de datos telefónicos cuando bajaba de un taxi en la Gran Vía, frente a la Telefónica.Todos los ciudadanos a los que acudí en ayuda se esmeraron en prestarme sus consejos y servicios. Resalto, por ejemplo, la caballerosa recepción de los funcionarios de la comisaría de la calle de la Luna (¿por qué tan necesaria labor policial debe hacerse en tales, deprimentes condiciones de instalaciones?), que me extendieron el necesario comprobante de extravío.

Horas más tarde, el agente Dionisio Rodríguez Martín, de la Policía Municipal, quien está cumpliendo su agotadora labor en la llamada Red de San Luis cada día, llamó al hotel donde yo temporalmente residía. Intuyendo que la tarjeta de dicho establecimiento podía indicar que el dueño de la agenda era un viajero, se presentó momentos más tarde y con la única recompensa de mi agradecimiento eterno, se puso como si nada hubiera pasado a dirigir el tráfico. /