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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Los Oriol

Toda sociedad, toda tribu, toda fratría desarrolla y nutre sus propias mitologías adversas o favorables, locales o divinales, machos o hembras. Un suponer, los Oriol.Los griegos tenían a los dioses, en los que no creían. Nosotros tenemos los Mareh, los Fierro, los Botín, los Oriol, en los que tampoco acabamos de creer, pero que son una creación nuestra, una proyección colectiva y platónica en la lucerna de la Bolsa. Los dioses griegos contaban con el rayo y el destino. Los Oriol cuentan con la electricidad y el dinero. Como los March con la uralita, los Domecq con el vino, los Fierro con sus ferreterías, los Botín con sus raqueros bolsistas. Y así. Ahora se habla mucho de tramas civiles. La expresión me parece correcta, y no suspecta ni peyorativa, porque siempre ha habido tramas civiles, porque lo civil es una trama: la civilidad. Quizá, todo proceso democrático y este proceso lo iniciaron los griegos consista en ir haciendo solubles a los dioses en la sociedad, a las mitologías en la democracia. No le conviene a esta democracia, ni a ninguna, regirse por fflitologías, por frisos del dinero o frescos de la sangre, por bajorrelieves de casta. No pediría uno la extinción de las ramas civiles, pues que la civilidad es un entramado, como queda dicho, sino, más coherentemente, la disolución de las mitologías que aún constelan el cielo sociológico español. Un Who is who? inverso. Inverso, pero no perverso. Se trataría, sólo, de saber quién es quien, pues que la distancia engendra leyenda, y lo legendario, pese a etimologías, suele ser poco legible. Pasaron los iconoclastas de plazuela que derribaban estatuas, iconos.

Este Gobierno ha encontrado una manera pragmática de desmitologizar, que es audítar. Uno, más hombre de letras que de números, encuentra que lo de Boyer está muy bien traído, pero uno entiende mejor, claro, las auditorías de conciencia. Uno es recastado en Valladolid, copo que fue de auditores, reales o no, en su Chancillería. Me llega el primer disco de Dinaramal Alaska, con el ex pegamoide Berlanga: "Cumbres borrascosas / vientos que vienen y van / cientos de cebras / buscan su muerte en el mar". La juventud también necesita sus mitologías, naturalmente -más y antes que nadie- y, cuando no las encuentra, se constituye ella misma en mitología. La pegamoidad fue el cielo mitológico del pop. Los franceses dicen que el hombre es "animal adorador". Adorador de otros hombres. De ahí nacen las religiones y, más terrenalmente, las castas. Roland Barthes, en sus Mitologías, quiso desmitologizar. Él, hoy, con su muerte callejera y prematura, es el último mito de una mitología que ya se borró: el estructuralismo. Somos el país de las cien familias. Lo seguimos siendo. Y eso no es bueno. No hablo aquí de invadir fincas ni quemar cosechas (que ya se queman solas). Hablo (o más bien callo) de destorcer, aclarar, explicar a tantos millones de españoles quiénes son esas cien familias, de dónde vienen y por qué. Gerardo Iglesias propone una futura nacionalización de la Banca. Uno sólo propone, modestamente, la nacionalización de la mitología. El Who is who? como guía de teléfonos, ya digo. Un Oriol estuvo en el consejo de ancianos que sacó la terna para que don Juan Carlos eligiese presidente. Tenía que salir Silva Muñoz y salió Suárez. A Oriol lo secuestraron los grapos. Otro Oriol -¿el mismo?, no sé, las mitologías, griegas o alcarreflas, me son confusas- sale ahora junto a militares soñadores.

Digo que el personal se arma mucho mogollón con todo esto y le parece un quede. Digo que las cien familias se quedan en seguida en cuatro, pues que todo! son contraparientes, y no costaría nada tener al pueblo informado. El Hola ya hace lo que puede, pero no basta.

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