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Cuatro familias gitanas tendrán que desalojar la finca que ocuparon en Las Rozas

Las cuatro familias que se encuentran en Las Rozas tienen, colocadas sus destartaladas chabolas sobre escombros, a pocos metros de la cuneta de la carretera de El Escorial. Se dedican a la venta de rastros: cocinas, bañeras, pilas, televisores, y desguace de coches. Como la mayoría de los gitanos de Madrid. Pero debido a la zona en la que se encuentran, prácticamente residencial, la venta es mínima, por no decir nula. El dueño de la finca les permitió asentarse allí hasta el pasado mes de marzo, y ahora les pide que se marchen.Estos gitanos, al igual, que otros muchos que deambulan por Madrid, malviven rodando de un lugar a otro sin encontrar dónde colocar sus chabolas sin tener que levantarlas a los pocos días. Llegaron a Madrid desde Cáceres hace unos seis años. "En Cáceres sólo se podía vivir a ratos los días de cultivo o recogida de las cosechas; por eso nos vinimos a Madrid, pero también aquí es dificil vivir", dice uno de los hombres. Su principal medio de vida son lo! desguaces, que les proporcionan lo suficiente para medio comer.

"No sabemos dónde ir"

Al llegar a Madrid se instalaron en la localidad de Leganés, donde permanecieron cerca de tres años hasta que les echaron. De nuevo, se encontraron sin saber dónde ir, y se trasladaron al barrio de Moratalaz, a pesar de que sabían que, después de, algún tiempo, tendrían que volver a empaquetar y buscar algún otro lugar donde colocar sus enseres. Así ocurrió. Al año tuvieron que cambiar de lugar. Se acomodaron en el lugar donde actualmente se encuentran y que van a tener que abandonar muy pronto."Hace dos días vino el dueño de la finca y nos dijo que nos marcháramos, pero, ¿a dónde? No sabemos dónde ir, ni a quién acudir para que nos ayude a encontrar un sitio. Como nos dedicamos a la venta de desguaces, no podemos vivir en un piso y necesitamos un lugar donde poder estar sin tener que marcharnos al poco tiempo de llegar. Queremos asentarnos y no ir de un lado a otro sin saber cuánto tiempo podremos quedarnos".

Las condiciones de vida en las que se encuentran la mayoría de ellos, que se dedican principalmente a la venta de desguaces, son desastrosas. Esta población gitana no es bien acogida por los vecinos payos y los enfrentamientos son continuos. Los payos acusan a los gitanos de no guardar unas mínimas condiciones de higiene, lo que, en algunos casos, ha producido enfermedades. En la calle de Hermanos García Noblejas y la avenida de Daroca ha comenzado una actuación sanitaria municipal para la mejora de la situación de vida de los chabolistas gitanos (ver EL PAÍS del día 24). La campaña de vacunación contra el tifus y el tétanos ha sido aceptada por los niños, pero los adultos son muy reacios a este tipo de actuaciones. La situación continúa y no se acaba de resolver. Todavía son muchos los problemas de asentamiento social y mejoras de vida en las colonias gitanas.

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