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La poblacion polaca espera con indiferencia el próximo levantamiento de la ley marcial

El levantamiento de la ley marcial, que se espera para el próximo viernes, con motivo de la fiesta nacional polaca del 22 de julio, se acoge con indiferencia en Varsovia, donde hoy inicia la Dieta (Parlamento) una sesión plenaria de dos días de duración, en los que se aprobarán las leyes que asegurarán al Gobierno la posibilidad de controlar la situación en el país.

Después de 19 meses de estado de guerra, la gente en las calles de Varsovia parece más preocupada por el calor y la posibilidad de unas vacaciones en el mar Báltico, los lagos de Masuria o las montañas de los Tatra que por la reunión de dos días de la Dieta.El Parlamento inicia hoy la discusión final sobre el "reglamento jurídico especial para el período de la crisis socioeconómica y la modificación de algunas leyes".

En el momento de la declaración de estado de guerra en Polonia, el 13 de diciembre de 1981, el general Wojciech Jaruzelski no pudo recurrir a una legislación de excepción, que no existía en la Constitución polaca.

Ahora, con las nuevas leyes que aprobará la Dieta, quedará consagrado en la Constitución el estado de excepción y el Gobierno dispondrá de recursos represivos suficientes sin necesidad de recurrir al instrumento de la ley marcial.

La oposición rechaza categóricamente la nueva legislación. El líder del sindicato prohibido Solidaridad, Lech Walesa, declaró en Gdarisk, en una pausa de sus vacaciones, que las nuevas leyes son peores que el estado de guerra y abrirán un abismo más profundo entre gobernantes y gobernados.

Walesa regresó a Gdarisk después de haber tomado por la brava sus vacaciones, en contra de la voluntad de su empresa, que quería darle vacaciones en agosto Después de arreglar el conflicto en el astillero Lenin, Walesa partió de nuevo de vacaciones.

Parece como si el líder sindical quisiese provocar su despido del astillero, donde está estrechamente controlado por la policía Con el despido, Walesa tendría más tiempo libre para sus actividades y al mismo tiempo podría presentarse como víctima de la represión. Las autoridades pare con haber descubierto esta táctica, y los mandos del astillero Lenin aceptaron la escapada de Walesa sin mayores consecuencias.

Cambio de etiqueta

Desde la clandestinidad, el líder más popular de la comisión coordinadora provisiona (TKK), Zbigniew Bujak, se ma nifestá escéptico sobre las nue vas normas para después de la ley marcial. En una entrevista hecha el pasado 1 de julio y publícada ahora en el periódico clandestino Solidaridad de Masovia, Bujak hablaba de "cambio formal de etiqueta".El joven obrero dice que habrá que recordar el aniversario de los acuerdos de Gdarisk, el próximo mes de agosto, y dice que se realizan consultas en las fábricas so bre la forma de articular la protesta social.

Bujak se refiere a las homilías del papa Juan Pablo Il durante su viaje reciente a Polonia, que "indican el camino a seguir". El sindicalista clandestino propone una "doble estrategia": lucha por los derechos de la sociedad y disposición al diálogo con el poder sobre la base de los acuerdos de agosto de 1980.

Las autoridades no hacen caso de estas voces de la oposición y están a punto de poner en marcha el mecanismo que asegure el control sobre la sociedad. El levantamiento de la ley marcial no supondrá cambios en la vida de los polacos. Falta por conocer el alcance de las medidas de amnistía.

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