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El avión ecuatoriano en el que murieron 118 personas no estalló, sino que se estrelló

El avión Boeing 737 de la compañía Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME) que sufrió un accidente con 118 personas, a bordo el pasado lunes no estalló en el aire, como afirmaban las primeras versiones, sino que se estrelló, según determinó la comisión investigadora del accidente, presidida por el director de Aviación Civil, general Armando Durán.La colisión pudo ser debida a fallos humanos o causada por problemas atmosféricos, aunque esto último es bastante improbable, ya que la mañana del accidente era despejada. No se descartó la posibilidad de que se produjera un sabotaje, aunque el móvil para un acto de esas características no parece claro.

La zona donde se produjo la colisión ya ha sido limpiada de cadáveres, en su mayoría calcinados, pero aún quedan restos del avión, el más moderno de la compañía TAME, adquirido a la Boeing hace dos años. Los restos del fuselaje de la nave se encuentran desperdigados por una zona de unos 500 metros, en un cerro en las cercanías de Cuenca, ciudad situada a 472 kilómetros al sur de Quito, de donde había salido el avión.

El español muerto

Entre las 118 víctimas (111 pasajeros y siete miembros de la tripulación) viajaba el español Gonzalo Bauluz, residente desde hace varios años en este país y gerente de una empresa de muebles. Bauluz se trasladaba a Cuenca por motivos de negocios, según informó la Embajada española en Quito. Además del español, viajaban en el avión 31 extranjeros más, entre ellos el representante de la compañía comercial estatal húngara, Lajos Robitz, que finalizaba dos semanas de misión diplomático-comercial en este país y realizaba su último viaje profesional.La ruta en avión desde Quito hasta Cuenca ha sido bautizada como la ruta de la muerte. Desde 1976, tres aviones se han estrellado a menos de cinco minutos de distancia del aeropuerto de Cuenca y dos aviones Vicker Viscount de la compañía ecuatoriana Saeta desaparecieron en las cercanías de esa ciudad, sin que hayan sido encontrados nunca. Todos estos accidentes y desapariciones de aviones han dado origen a la teoría de que existe un campo magnético en Cuenca similar al triángulo de las Bermudas.

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