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Abel Matutes

La estabilización, la estabilización, Carmen Harto y yo no con seguirnos estabilizarnos por culpa de los contestadores automáticos, que son unos marcianos que le pone a uno la Telefónica, con/sin auditoría, para convertirle en un náufrago solitario. La estabilización, la estabilización, que se lo ha sacado don Abel Matutes, nuevo López Rodó de la neoviejisima derecha, y la verificación de las cuentas corrientes, que se lo sacó Fernández Ordóñez y les tiene en un grito, por que les parece una "violación de la intimidad": con esto dejan claro que su intimidad es de me tal. En todo caso, a mí no me toca lo de las cuentas corrientes, que ahorro el oro de Moscú, por el que me preguntaba ayer una gentil locutora, mediante libreta. Lo cual que tengo aquí un par de talones, hombre, y a ver si me acerco a meterlos en el Banesto, y de la que voy, echar unos párrafos con el parado, el quiosquero y mi buen amigo el joven panadero, que son mis fuentes generalmente-bien-informadas. Ayer le di una gamba gorda y fresca a una gitanilla que pedía, y me la rechazó, en una terraza madrileña: "Ez que no me guztan". Luego saqué el pesetamen, claro: lo de la gamba sólo era un test (la gamba/test) para dejar claro que los mendigos que ilustran el "Madrid absurdo, brillante y hambriento" de Valle-Inclán (ése sí que redactaba, y no salió académico), no tienen hambre, sino que quieren dinero. Sí la niña mendiga vuelve a la fratría de la miseria con una gamba, en lugar de veinte duros, la ponen de travestí en Orense/ Capitán Haya. La gallofa, como los de la CEOE/Ferrer-Salat, están al petrodólar, que el marisco se pudre. Yo creo que tantos pobres, en Madrid, los pone la derecha sociológica para hacer más pintoresco el socialismo. Aunque, como tengo anotado aquí, lo que les molesta no es el socialismo, sino la democracia directamente. El que nuestra democracia haya adoptado la epifanía/Felipe les sirve para embozar como rechazo del socialismo su rechazo de la democracia. El día del Carmen voy a ir, como casi todos los años, a casa de los Tamames, a celebrarlo, y tengo que preguntarle a Ramón si una gamba a la gabardina tiene valor de uso o valor de cambio. La pequeña mendiga, sin haber leído a Marx, imagino, tenía muy claro que la gamba es sólo un valor de uso -comérsela-, y ella quiere valores de cambio: dinero. Le di la dirección de Abel Matutes, que a lo mejor la estabiliza.

Horacio Guerra va a producir El último huracán, filme pro/derechos humanos de los indios, com Hayley Mills y el director Elorrieta. Los derechos humanos del gitano, aquí en España, no los ha atendido nadie, salvo las audaces camisas que lució en las primeras Cortes democráticas Juan de Dios Ramírez Heredia. Don Abel Matutes quiere estabilizarles, a los gitanos, y a la gitanilla cervantina de la gamba. No sabemos lo que piensa don Caín Matutes.

Sisita Milans del Bosch me anuncia cena fin de temporada y los ejecutivos del Lancia, don Fernando Chueca, los latin/lover marbellíes, los colegios religiosos, Porta, El Puma, el fontanero que viene a lo del agua, Jiménez de Parga, Isabel Herrero/Miss España, y monseñor Del Va¡, obispo de Santander, sueñan quizá con la estabilización, que Pedro Bofill ha denunciado como "muestra de la inmadurez de AP". Pero la estabilización les suena/sabe a felices 60/70, con don Laureano de obispo financiero o deán de Castellana, 3, y el francofranquismo, por estas féchas, depurando a Lola Flores del 18/J en La Granja, que era una cosa como demasiado temperamentá para la discreción del Opus. Abel Matutes, "cráneo privilegiado" por la huida del cabello frontal, gafas de haber leído a Adam Smith en su juventud, boca sin boca y dignidad de cincuentán que sabe, es hoy el que tiene la receta: estabilización. Más que economía, retronostalgia. O sea, pobreza para todos y una gamba para la gitanilla.

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