Carta abierta al señor Barrionuevo
Los autores fueron detenidos la semana pasada en Barcelona, dentro de la puesta en marcha del Plan ZEN, acusados de pertenecer a un comando de ETA, y sometidos a la Ley Antiterrorista. Posteriormente, han sido puestos en libertad. En la carta al ministro del Interior, cuya dimisión solicitan, dicen que la Ley Antiterrorista está destinada a silenciar a toda la sociedad y que permite ser víctima de arbitrariedad e indefensión ante la violencia del Estado.
Muy señor nuestro: Tal vez le convenga saber cómo ha funcionado la primera experiencia del Plan ZEN en Barcelona. Usted tendrá, en la mesa de su despacho, meticulosos informes técnicos. Le faltará, seguro, la expresión personal de quienes lo hemos sufrido en carne propia. La Ley Antiterrorista y su actuación policial no son un experimento en un laboratorio científico. Somos los ciudadanos anónimos de éste su país quienes padecemos su aplicación arbitraria y antihumana.Nosotros, que siempre hemos sido un poco poetas, le queremos recordar, en estos primeros momentos después de nuestra recobrada libertad -provisional-, la contundencia de Erich Fried: "Ayer empecé a aprender a hablar / Hoy estoy aprendiendo a callar / Mañana cesaré de aprender". Es todo lo que nos ha enseñado su ley. Una ley que se nos antoja destinada a silenciar toda la,sociedad en cada uno de sus ciudadanos. ¿Por qué?
Vea usted, señor ministro. A mí, Montserrat Cervera, me ha mantenido usted seis días incomunicada y privada de todos mis derechos individuales como ciudadana. Yo, Jaume Roures, durante esos días no he sido atendido por los "médicos" de su ministerio a pesar de sufrir una grave enfermedad. Yo, Andreu Solsona, he sido sometido a coacción durante los interrogatorios de que fui objeto en sus cuarteles. Y todo ello sin ninguna prueba.
Son, dirá, tres casos anecdóticos. Pero resulta que son, precisamente, los casos de los tres primeros ciudadanos de Barcelona que hemos sufrido la primera aplicación de su plan y de su ley. Una ley aplicada por esa Guardia Civil que, en unas recientes declaraciones suyas, presenta como moralizadora de España. Nosotros, señor ministro, hemos estado sometidos durante estos días a un cursillo intensivo de esta nueva "moralidad" *
El primero de julio empezó, como usted bien sabe señor ministro, su actuación estelar con el nuevo plan ZEN. Sus fuerzas encontraron por la calle al vasco Iñaki, que había vivido en casa de dos militantes de la LCR y era amigo de un amigo de un ex-Joglar, encarcelado, tiempo ha, por una obra de teatro sobre un debatido juicio militar. La mentalidad policial empezó inmediatamente a funcionar.
Todo cuadraba en un puzzle imaginario: un etarra, en contacto con un grupo de izquierda radical, y, como medium, un actor con antecedentes antimilitaristas. Como telón de fondo, un restaurante con dueño y camarero de apellidos vascos, otro militante de la Liga, otro del MCC, que querían partir ese mismo día hacia Pamplona... El menú, señor ministro, estaba dispuesto para una gran actuación terrorista en Barcelona y el Plan ZEN lo impediría.
Malos tratos
Después de una semana desagradablemente kafkiana -homenaje particular de su Ministerio al centenario del autor de El Proceso- estamos todos en la calle, excepto el vasco Iñaki, que, como explicó al juez, fue víctima de malos tratos, hacía un par de años que había abandonado ETA y estaba en la mediterránea Barcelona intentando reorientar su vida. Mucho ruido, ya ve usted, señor ministro, para tan pocas nueces. Todas las fuentes gubernativas que han alimentado en Prensa, radio y televisión la "eficacia" en la desarticulación del gran golpe han demostrado que decían pura y llanamente mentiras.
El instrumento que ha servido para articular "legalmente" todo este monta e es la Ley Antiterrorista. Ley abiertamente anticonstitucional y antidemocrática que permite, como es evidente en nuestro caso y en muchos otros, ser víctima de la arbitrariedad y la indefensión más absoluta ante la violencia de un Estado que quiere convencer a la población sobre la necesidad de recortar las libertades -aún más-, intensificar el control policial y animar a la delación.
Una ley, como usted bien sabe, que deja a losjueces sin posibilidad de intervención y a los abogados en suspenso de su oficio. Una ley que permite a la policía abrir la puerta de tu casa, entrar pistola en mano sin ningún tipo de permiso y sin dar ninguna explicación (y experiencias hay que las armas las carga el diablo, y más según quién las maneja). Y más. Sin ningún tipo de pruebas, puede uno pasar días y días en manos de las fuerzas moralizantes de su Ministerio.
Aunque ésta es una carta a usted dirigida, queremos aprovechar la ocasión para decirles a los ciudadanos de este país que esto no puede continuar así. Y, para ello, hemos constituido una Comisión en defensa de las libertades, cuyo objetivo principal es la derogación de su ley. Para que se oigan nuestras voces, sepa usted, señor ministro, que estamos preparando una manifestación en Barcelona.
Otro de nuestros objetivos es conseguir su dimisión. Si bien el Gobierno del que usted forma parte parecía dispuesto a facilitar un marco de democracia más amplio -¡Ay!, las promesas...-, nosotros, los trabajadores de Sagunto, los habitantes del barrio del Pilar y muchos ciudadanos más, principalmente vascos, estamos viendo que no es así. Y esto, señor ministro, nos parece grave. Entre los tres firmantes hemos estado más de seis años en la cárcel en épocas anteriores, en aquéllas en que, según se dice, usted estaba en la órbita de la Falange. Y por ello creemos estar en condiciones para no recibir demasiadas lecciones de su moralidad. Y quizá sería bueno que aceptara alguna de nosotros.
A nuestro entender, y creemos que es el de muchos ciudadanos, el mejor acto de moralidad que usted podría practicar es el de su dimisión. Ésta y una seria reflexión de su Gobierno sobre sus actuaciones, quizá facilitara realmente el tan cacareado cambio.
Nos despedimos de usted sin esperar respuesta.
son miembros de la Liga Comunista Revolucionaria. perteneció al grupo teatral Els Joglars y es militante de Nacionalistes d'Esquerra.
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