Los abogados de José María Ruiz-Mateos y de Rumasa no alcanzaron ayer un acuerdo sobre el uso de la marca Dry Sack
Ayer no pudo consumarse formalmente el decisivo acuerdo sobre el uso y comercialización de la marca Dry Sack que los abogados de José María Ruiz-Mateos, antiguo propietario de Rumasa, negociaban desde el lunes con los representantes del Estado español, actuales administradores del holding de la abeja, en los pasillos de la Sala 40 del Alto Tribunal de Londres, donde ambas partes se disputan en juicio preliminar, y, entre otras cuestiones, la propiedad de la citada marca, uno de los jerez más vendidos en todo el mundo.Tampoco las dos sesiones, matutina y vespertina, del complicado juicio, arrojaron mucha luz aobre el futuro inmediato de la llamada Rumasa exterior, a excepción de la sorprendente declaración a favor de las tesis de Ruiz-Mateos hecha. por Manuel Fernández García Figueras, director general del grupo Rumasa durante seis años y que continúa en su puesto con los nuevos administradores. También llamaron la atención los irónicos comentarios del juez Binelott, que preside el caso, ante la lectura de la declaración jurada de Ruiz-Mateos, en la que el fundador del holding justificaba su decisión de crear una Rumasa exterior como medida protectora de sus intereses ante la previsible llegada de "un Gobierno comunista" a España tras la muerte de Franco.
El acuerdo para el uso de la marca Dry Sack por la firma jerezana Williams & Humbert parecía estar ultimado en la noche de ayer, pero no pudo hacerse público porque los representantes legales de esta sociedad del -grupo Rumasa exigían unas condiciones previas a la presentación del citado compromiso ante el juez. Las condiciones hacían referencia a que Ruiz-Mateos, que tiene registrada desde 1972 la citada marca a nombre de la sociedad W. and H. Tradt Marck Limited -una firma basada en la isla de Jersey, en el canal de la Mancha (y de la que la familia Ruiz-Mateos es accionista mayoritaria)-, no interfiera ni pueda interferir en el funcionamiento de la actual empresa que embotella, Dry Sack hasta que se decida sobre la propiedad final de la misma.
El acuerdo, según la versión ofrecida por representantes de Williams & Humbert no descartaba la desaparición del administrador judicial que el mismo tribunal impuso hace 15 días como supervisor de la marca, pero incluía una cláusula según la cual la firma depositaria de Dry Sack no debería intervenir, porque nunca lo hizo, en el normal desarrollo de la sociedad embotelladora de jerez.
Reconocimiento tácito
Aunque la desaparición de la figura del administrador judicial y el registro de la marca Dry Sack a la firma de Jersey puede suponer un reconocimiento tácito de que la familia Ruiz-Mateos es propietaria de la marca Dry Sack, lo que parece pretender Williams & Humbert es que no se paralice en ningún momento el funcionamiento de esta sociedad, por medio de artimañas, como la exigencia de pruebas de calidad sobre el vino embotellado. En cualquier caso, el acuerdo que ahora se alcance tendría una duración transitoria, en espera de que el Alto Tribunal de Londres decida sobre la cuestión de fondo, es decir, la propiedad de la marca.
El control y uso de la firma Dry Sack es, sin embargo, sólo una de las grandes disputas legales planteadas en el tribunal, aunque tras la suspensión de pagos de Augustus Barnett, el mayor activo de Multinvest U K, puede ser la única que tenga trascendencia económica. Augustus Barnett es una empresa con 220 puntos de venta en el Reino Unido que es propiedad de Multinvest U K, la empresa fantasma creada por José María Ruiz-Mateos en el Reino Un¡do con fondos derivados de los bancos del grupo Rumasa y cuya propiedad se disputan ahora en los tribunales británicos el Estado español y Ruiz-Mateos.
Esta última causa parece haber perdido interés momentáneo en las sesiones del juicio celebradas ayer. La suspensión de pagos de Augustus Barnett, empresa que tiene un pasivo de más de 3.000 millones de pesetas y que necesita dos millones de libras esterlinas (450 millones de pesetas) bimensualmente para poder funcionar, puede entrar en breve en una fase de liquidación, tras el ejecutivo presentado por el banco británico National Westminster hace dos días para recuperar un crédito de tres millones de libras concedido muy recientemente. Si se confirmara la liquidación, la batalla por el control de Multinvest perdería importancia, así como las medidas cautelares que ahora se plantean ante el Alto Tribunal.
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