Corto vuelo
Hay ingeniosas ideas argumentales que mueren lentamente en manos de guionistas, técnicos y directores. Sólo al cabo del tiempo, cuando ya se han olvidado las imágenes que ofreció la pantalla, el espectador puede recuperar la idea motriz y transformarla en el filme que nunca vio. El caso de Vuelo a las estrellas es ejemplar en este sentido: cuenta cómo en el primer vuelo hipersónico con pasajeros que lanzan las compañías privadas, el avión atraviesa accidentalmente la atmósfera y queda suspendido en el espacio sin estar técnicamente preparado para ello; pero las sugerencias fantásticas de este arranque se vulgarizan luego, quedan chatas.Al margen de los pobres efectos especiales que evidencian transparencias y maquetas, la acción se sucede tan vertiginosamente. ensucede tan vertiginosamen e, en un tono tan alejado, tan mecanico, que la inverosimilitud inicial se hace única protagonista: sólo la generosa complicidad del espectador permite interesarse por la suerte de esos pasajeros en peligro. Cuando al argumentista se le ocurre, por ejemplo, inventar un túnel en forma de manga que posibilite trasladarles a otra nave espacial, el director y los técnicos plasman esa idea con desgana, como con prisas, sin enriquecer por su cuenta lo que sólo con la imagen se puede conseguir. Aun así, hacen de este momento el más brillante de la película.
Vuelo a las estrellas
Director: Jerry Jameson - Robert Malcolm Young, sobre argumento de Peter Brooke. Fotografía: Héctor Figueroa. Música: Lalo Schiffirin. Intérpretes: Lee Majors, Hal Linden, Lauren Hutton, Ray Millan. Norteamericana, 1983. Local de estreno: Lope de Vega, Juan de Austria, Infante
Una larga serie de títulos sobre accidentes aéreos y viajes espaciales ha precedido a Vuelo a las estrellas. De todos hereda un poco, pero superficialmente. Su pretensión no es más que fabricar un espectáculo de consumo inmediato y urgente olvido. Difícil es creer que dejen volar el avión contra la voluntad de su creador, o que no expliquen los motivos del accidente. No reemplazan tales huecos las banales historias de amor que ilustran la historieta.
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