_
_
_
_
Reportaje:

Santiago Trallero, muerto violentamente en Barcelona podría ser un espía al servicio del bloque soviético

Carlos Yárnoz

Santiago Trallero Oferil, muerto en extrañas circunstancias en Barcelona el pasado día 14 de junio, "pudiera ser un agente de información y, a tenor de la documentación intervenida, de algún país del Este". Esta hipótesis de la Brigada Regional de Información de Barcelona se basa en la amplia documentación sobre personalidades estadounidenses encontrada en el piso en que habitaba el fallecido, junto con María Teresa Conill Llobet, empleada en el consulado estadounidense en la Ciudad Condal, así como en otra casa de Trallero. Los policías buscan ahora un nuevo archivo de documentación y una extraña cuenta bancaria abierta en una entidad extranjera o en una sucursal española en el extranjero.

La documentación intervenida fue encontrada en el piso quinto del número 101 de la calle de Valencia, donde fue hallado muerto Trallero, y en el piso segundo del número 49 de la calle de Pedro IV. En la primera de las casas se encontró amplia correspondencia mantenida entre Trallero y el pintor A. D'Albert-Pujolar i Soler, presidente del Lions Club International de Barcelona. Entre esta documentación figuran referencias concretas sobre miembros de organizaciones masónicas y varios informes sobre la situación nacional e internacional de los años 1977 y 1978.En el piso de la calle de Pedro IV, en el que vivía una tía carnal del fallecido, se encontraron unas 7.000 fotografías sobre temas culturales y artísticos, personalidades estadounidenses y armamento, así como 125 fotografías de autoridades españolas. Igualmente, fueron intervenidos tres paquetes de papel sin usar con el membrete del consulado norteamericano en la Ciudad Condal. Respecto al fichero de personas encontrado en el mismo piso, figuran numerosas tarjetas de visita, anotaciones sobre personajes españoles, listas del personal empleado en el consulado y nóminas y copias de documentos internos del consulado. También hay una lista de personalidades españolas (políticos, empresarios, universitarios y otros) que viajaron a Estados Unidos, invitados por el Instituto de Estudios Norteamericanos, junto a las cantidades que gastó dicho instituto en cada caso.

En el material intervenido también hay 275 fotografías de personalidades estadounidenses y sus familiares, informes sobre militares norteamericanos, estudios sobre política interior y exterior de Estados Unidos, datos sobre trabajos científicos y cerca de 300 publicaciones sobre temas de defensa, Naciones Unidas, economía mundial y energía nuclear. La policía no descarta que Trallero quisiera extorsionar a personajes investigados por él.

Según fuentes policiales, gran parte de esta documentación no tiene excesivo interés, salvo en una parte mínima, ya que, fundamentalmente, está conseguida a través de medios de comunicación. No obstante, también figuran datos de carácter reservado de posible interés para países del bloque del Este. Asimismo, los documentos y trabajos encontrados se refieren sólo a hechos o situaciones de los años 1977, 1978 y 1979, y la policía cree que estaban guardados sin demasiada precaución por el fallecido, quien podría considerarlos ya caducos. Por este motivo, la policía opina que debe de haber otro lugar en el que Trallero guardara los informes más recientes.

Muerte sin aclarar

Trallero, nacido el 22 de mayo de 1925, soltero, fue hallado muerto en un piso de la calle de Valencia, en el que vivía desde hace nueve años, después de que en el mismo se escuchara una fuerte explosión a las 16.15 horas del 14 de junio. El cuerpo, completamente desnudo, fue encontrado cerca de la puerta de entrada a la casa. La primera hipótesis fue que se había producido una explosión de gas-ciudad. Sin embargo, los bomberos, que fueron los primeros en penetrar en la vivienda, encontraron cerradas tanto la llave de paso general como la correspondiente a la cocina. Además, según la policía, Trallero no presentaba aparentes señales, ni internas ni externas, de haber fallecido a causa de una explosión. Inicialmente, varios medios de comunicación dijeron que Trallero trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia (CIA).El fallecido utilizaba habitualmente el nombre falso de Jaime Oferil Planas, así como el supuesto título de marqués de O'Feril. Hasta 1972, trabajó como matricero en una empresa de la barriada barcelonesa de Pueblo Nuevo. Desde entonces no se le conoce una dedicación concreta. A determinados amigos les decía que trabajaba en la sección de Hacienda del Banco de España. A otros les comentaba que era funcionario estadounidense y que viajaba periódicamente a Madrid para hablar con Terence Todman, embajador de EE UU en España. A familiares suyos les aseguraba que trabajaba en unos laboratorios farmacéuticos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Refinado, elegante, amable y educado, según quienes le trataban, Trallero compartía desde hacía más de ocho años la vivienda de la calle de Valencia con María Teresa Conill, quien cumplió 36 años el día en que Trallero fue encontrado sin vida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_