"No morirsemos DC"
"No moriremos DC, sí el terremoto despierta a comunistas y socialistas". Eran las 10.30 de la noche del lunes y en una reunión privada Valentino Parlato, director de Il Manifesto, nos adelantó el titular que dominaba absolutamente la primera página de su diario. Il Manifesto es un periódico de izquierdas que ha pedido abiertamente un voto global al PCI, pero también para Toni Negri, el profesor de Padua procesado por difusas acusaciones de "terrorismo armado contra el Estado", y que ha salido elegido en las listas radicales.Parlato, que no oculta su amistad hacia Ciriaco de Mita resalta la importancia de las elecciones: "El descalabro democristiano supone la quiebra de la principal columna que sustentaba todo un sistema de poder: esto es lo que supone un hecho absolutamente inédito en la historia de la República".
El hundimiento de la Democracia Cristiana, que tiene el peor resultado de su historia hace cantar victoria a fuerzas de la izquierda, como el PCI, que ha tenido un ligero retroceso, al tiempo que reduce su distancia con el primer partido del país, a sólo tres puntos y con el partido socialista (PSI), que gana votos con relación a 1979, pero no los que consideraba necesarios para lanzar la candidatura de Bettino Craxi como primer ministro.
La DC dice que con su derrota todos pierden, pero las formaciones políticas que más duramente le han disputado, a veces ásperamente, el espacio electoral aunque no hayan ganado o lo hayan hecho en una medida inferior a las esperanzas preelectorales, han lanzado las campanas al vuelo. El PCI dice que ha conseguido su principal ambición electoral: derrotar a la DC, aunque su retroceso en sufragios ha sido leve y contenido por la inclusión del minúsculo Partido de Unidad Proletaria. En algún momento del escrutinio Regó a sonar con el sorpasso, el adelantamiento de la Democracia Cristiana. Cree que las cifras electorales plasman la necesidad de un cambio, con la DC en la oposición. Los números pueden darle la razón; hay una mayoría laica, pero no la voluntad política de quienes han sido señalados por los comunistas para compartir la alternativa, como socialistas y republicanos.
En este sentido, resulta absolutamente superrealista, al menos por ahora, ver en una misma mayoría de un hipotético Gobierno del cambio, y como aliados, a un Marco Panella o un Ton¡ Negri y a un Giovanni Spadolini (líder republicano), un Craxi o un Enrico Berlinguer.
Un observador político ha exclamado con los resultados en la mano: "Son unos resultados absolutamente esquizofrénicos". La expresión resume las contradicciones de estas sorprendentes votaciones. Por ejemplo, la única fórmula válida, según opinión general, par formar Gobierno es repetir la coalición de centro-izquierda, cuyo desbarajuste y falta de acuerdo para superar la crisis provocó las elecciones.
Y lo que es más grave: queda en el aire hacia dónde va Italia. Parlato considera que el nuevo cuadro político tiene un riesgo: "No descartemos la posibilidad de un golpe conservador". Ahora puede ocurrir de todo, en su opinión, desde el recrudecimiento del terrorismo teledirigido hasta extrañas manipulaciones de los grupos mafiosos. El caldo de cultivo existe: ingobernabílidad, grave situación económica: corrupción, 16% de inflación y cerca de tres millones de parados. Un momento que puede ser propicio para presentar la necesidad de una dirección firme de las riendas del Estado.
Pero en el polo opuesto existe la esperanza en una renovación de la estructura del Estado. El mantenimiento del PCI lo avala en parte, pero aún más el voto de protesta contra un estado de cosas y un sistema de poder montado por la DC, pero en el que son corresponsables también los demás partidos, incluidos los de la izquierda. Voto de protesta ha sido el retroceso democristiano, pero en mayor medida el apoyo recibido por los radicales (aunque numéricamente haya retrocedido en porcentajes) y, sobre todo, el aumento de las abstenciones y el voto nulo y en blanco.
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