Los trasplantes de hígado ya no son experimentales, según una comisión médica de EE UU
Los trasplantes de hígado arrojan un saldo positivo, según los investigadores norteamericanos, que tienen la esperanza de erradicar las enfermedades hepáticas de la lista negra de la medicina.Una comisión de los institutos nacionales de salud norteamericanos informó en Washington que, como resultado del éxito de los trasplantes, se ha recomendado la inclusión de esta práctica en la cobertura de los seguros médicos habituales.
Las enfermedades del hígado ocupan el cuarto lugar en las estadísticas de fallecimientos en Estados Unidos, donde cada año fallecen por esta causa más de 50.000 personas de todas las edades. La comisión médica, integrada por 13 especialistas en enfermedades hepáticas, señala que hasta ahora sólo se efectúan de 75 a 100 trasplantes de hígado por año, pero recomienda que se utilice con más frecuencia "esta técnica que ya se considera un método válido de terapia".
Posibilidades de adaptación
Sin embargo, el informe señala que los trasplantes sólo pueden ser aplicados a pacientes con altas posibilidades de adaptación al nuevo órgano, y deben excluirse a los enfermos que padezcan del hígado por abuso de alcohol, drogas o afecciones cancerosas, debido al limitado número de donantes.Al año de haber sido efectuado un transplante, el 54% de los pacientes sobrevive, según el informe. Los enfermos que mejor se adaptan al nuevo órgano son los niños o jóvenes con perturbaciones del conducto biliar, y las personas con afecciones congénitas, cuyo hígado no produce los líquidos biliares necesarios para eliminar toxinas.
La mitad tienen éxito
El éxito de los trasplantes, según los especialistas se debe a la aplicación de una nueva sustancia, la ciclosporina, que hizo aumentar del 20% al 49%, en los tres últimos años, las intervenciones quirúrgicas positivas.Según la actual legislación estadounidense sobre la salud pública, sólo los trasplantes de riñón y córnea entran en la cobertura de la seguridad social y del seguro privado, mientras que los trasplantes de corazó, hígado y páncreas se han seguido considerando aún métodos experimentales. Este extremo es el que señala como falso en la actualidad la citada comisión médica.
El coste aproximado de un trasplante de hígado asciende a unos 100.000 dólares (18 millones de pesetas), y la comisión de salud pública, al recomendar que ya no se consideren experimentales, solicita que los gastos para esta clase de intervenciones quirúrgicas sean sufragados tanto por el seguro oficial como por el privado, y se considere una operación más.
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