Gregorio Peces-Barba,
presidente del Congreso de los Diputados, cambió ayer su maza por el silbato para arbitrar el partido de fútbol disputado entre los funcionarios del Congreso y los periodistas parlamentarios, que terminó con un 8-2 favorable a los primeros. Por parte de los funcionarios jugaban Felix; Antonio Madrigal (capitán del equipo y carpintero del Congreso), Luis Cazorla, Eugenio, López Garrido y Potele; Novillo y Chiqui; Juanco, Ronán y Miguel. También intervinieron Jacinto, Paco, Sanito y Santaell. La alineación del equipo de los periodistas fue: Alex Grijelmo; Carlos Várnoz, Carlos Arizcun y Luis Peiró; Julián Lacalle y ergio de Otto; Juan Cruz, Angel Marqués, José Antonio Sánchez. Chema Conesa y Miguel Angel Liso. Intervinieron también Barriopedro, Bonifacio de la Cuadra y Laureano.Uno de los aspectos más destacados del partido, aparte de la bochornosa goleada, fue la del arbitraje de Gregorio Peces-Barba. Dirigió el partido con autoridad y sólo una vez tuvo que decirle a un funcionario que se "atuviera a la cuestión", frase que acompañaba al gesto de mostrarle la tarjeta amarilla. En favor del equipo de la Prensa hay que señalar que acusaron un gran cansancio por el esfuerzo realizado el pasado miércoles, día en que vencieron por 3-2 a los diputados. Los funcionarios, por su parte, realizaron un juego preciso, apoyado en la clase del letrado López Garrido y de Potele.Al término del encuentro, los periodistas prometieron que aquello "no podía quedar así", y mientras se quejaban de tirones musculares, ampollas, esguinces, torceduras y otras circunstancias, retaron a los funcionarios a un nuevo encuentro. Éstos respondieron que no tenían ningún inconveniente en repetir un nuevo triunfo ante los plumillas.
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