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Algunos miembros de Alianza Popular en Galicia figuran en investigaciones relacionadas con el contrabando

ENVIADO ESPECIAL, El contrabando en las Rías Bajas ha oscurecido otro comercio ilegal de gran importancia en el sur de Galicia, que es el efectuado con Portugal. Menos voluminoso que el que procede de grandes barcos situados en alta mar, el tráfico a través de la raya seca -irónica denominación galaica de la frontera del Miño- ha bajado de tono, pero las investigaciones policiales y judiciales continúan abiertas en torno a algunos de sus principales escándalos. El nombre de un político de Alianza Popular ha aparecido en esa investigación, y otro dirigente local de dicho partido estuvo muy vinculado al contrabando en otras épocas.Una de las personas investigadas, aunque no procesadas, es Luiz Ortiz, máximo responsable de la campaña electoral aliancista durante las autonómicas de 1981, cuyo nombre apareció en actuaciones policiales relacionadas con tráfico ilegal de camiones TIR con origen en Francia y destino a Portugal. La investigación correspondiente fue de carácter exclusivamente pericial, en el caso de la persona citada; y no dio lugar a procesamiento, por falta de pruebas. No obstante, las diligencias correspondientes continúan abiertas en el Juzgado de Tuy. Este periódico no pudo localizar ayer a Luis Ortiz, ni en su domicilio de Orense ni en la sede central de AP en Madrid, donde asistió a la reunión de la directiva nacional de este partido.

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Entre los años 1977 y 1981 se produjo un importante contrabando de carne con Portugal, de acuerdo con informaciones de fuente absolutamente solvente. Camiones TIR que entraban en España por las fronteras de Irún y La Jonquera no llegaban a su teórico destino, Portugal, pese a que la aduana de Tuy y otros pasos fronterizos con dicho país registraban la salida de los mismos. A raíz de ello, el Juzgado de Tuy abrió diligencias en 1981 y fueron llamados a declarar varios conductores de camiones y el industrial Gonzalo Bravo, de Carballino (Orense); posteriormente se efectuó una investigación pericial en instalaciones frigoríficas propiedad de Luis Ortiz, empresario de Orense y miembro de Alianza Popular, que ese mismo año obtenía un gran éxito político como coordinador de la campaña de AP en las elecciones autonómicas de Galicia.

Las diligencias por dicho asunto continúan abiertas en Tuy -cuyo juzgado se encuentra vacante en estos momentos-, tras una instrucción muy lenta de aquéllas por la gran acumulación de sumarios en el mismo.

Sanciones a funcionarios de aduanas

"El asunto es muy feo, pero muy importante", aseguran las fuentes mencionadas, no sólo por el caso citado sino por el enorme volumen que llegó a adquirir el contrabando de carne y las implicaciones de funcionarios del Estado en los pasos fronterizos utilizados. El sistema de transporte TIR implica la libre circulación de los camiones correspondientes y el derecho a que no sean controlados más que en los pasos aduaneros, que registran el tráfico por medio de unos formularios remitidos por la aduana de destino a la de origen, requisito exigido para cancelar legalmente la operación.Por ejemplo, el conductor de un camión TIR cumplimenta una hoja en la aduana hispanofrancesa y esta misma aduana ha de recibir posteriormente otra hoja cumplimentada por la hispanoportuguesa cuando el camión la atraviesa, con lo cual la primera cierra la operación. La apertura de diligencias administrativas y judiciales por el asunto antes mencionado se produjo tras comprobarse que la aduana de Irún recibía desde Tuy formularios relativos a camiones que en realidad nunca llegaron a atravesar la frontera, sino que se quedaron -presuntamente- en Orense. Algunos funcionarios de la aduana de Tuy fueron sancionados y el administrador anterior al actual, Antonio Mollén, está suspendido por cuatro años, no tanto por el caso citado, sino por el desorden en que se desenvolvía el tráfico fronterizo durante su gestión.

La 'raya del Miño'

Frente al volumen del comercio ilegal en las rías, el que se efectúa con Portugal es ahora menos importante, pero en épocas pasadas fue muy intenso. Uno de los más famosos traficantes de dicha zona es Manuel Díaz, más conocido por el Ligero -apodo que procede, al parecer, de su habilidad para escapar a las persecuciones de la autoridad-,'quien durante décadas trabajó la frontera del Miño. Actualmente se encuentra retirado de esta clase de actividades y participa en la política como líder de Alianza Popular en La Guardia, donde es teniente de alcalde y diputado provincial.Manuel Díaz no oculta su anterior condición. Recientemente presidió la sesión constitutiva de la Diputación de Pontevedra, como miembro de mayor edad, y después del acto comentó a los periodistas: "Me sentí tan responsable que me puse nervioso y casi me quedé sin voz". "¿Y no sería por efecto de muchas madrugadas a la intemperie?", le preguntaron. A lo cual contestó: "No, ahora no es de

andar de noche. Antes sí, pero eso ya pasó. Hace años..., sí; pero eso ya acabó".

El viejo comerciante y actual político trabaja intensamente en el Ayuntamiento de La Guardia y además ha pedido a la Diputación pertenecer a las comisiones de Vías y Obras, Cooperación y Deportes. Al dar esta noticia, el diario local El.Faro de Vigo apostillaba: "El diputado guardes (...) ahora también en política quiere todo por la aduana, léase por escrito, medio utilizado para formular su petición".

Ese tipo de contrabando era bastante diferente al actual: más individual, más romántico, menos organizado. Numerosísimas familias del sur de Galicia participaron en el mismo como remedio a situaciones de evidente pobreza, y ésta es una de las razones de que el comercio ¡legal tenga cierta aceptación social y no sea observado como una actividad delictiva.

En la actualidad ya no hay tantos románticos, sino grupos mucho mejor organizados, llenos de secretos, aunque algunos nombres y hechos sean casi públicos. Uno de los asuntos descubiertos últimamente es el depósito de contrabando utilizado en El Grove durante varios años: se trata de una mansión situada en la playa de La Lanzada, usada como residencia veraniega por un empresario de la localidad. La casa permanecía vacía casi todo el año, al curado de un guardián, y parece que en numerosas ocasiones sirvió para albergas contrabando, e inclusa los vecinos aseguran que dicha persona fue objeto de malos trato, por un grupo mafioso al descubrir este último que faltaba parte del tabaco depositado. En cambio, durante el verano se usaba como residencia normal y los propietarios invitaban a diferentes personalidades políticas, entre ellas al ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.

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