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CATALUÑA

Un preso de la Modelo intentó huir disparando contra el policía nacional que le custodiaba en el hospital Clínico de Barcelona

Un tiroteo que se registró el domingo entre un recluso de la Modelo y los dos policías nacionales que le custodiaban en el hospital Clínico de Barcelona, donde convalecía de unas dolencias, ha desatado las protestas del comité de empresa y los enfermos del centro hospitalario. El director, Miguel Ángel Asenjo, ha decidido romper con el peligro que supone el ingreso de reclusos heridos junto a los restantes pacientes y ha comunicado al Gobierno Civil su intención de habilitar una sala especial y aislada para los presos que deban ser atendidos.

Esta medida, adoptada con carácter de urgencia por el doctor Asenjo, al comprobar el peligro que comporta la presencia de presos peligrosos de la Modelo y policías armados en las salas del hospital, representa una vuelta a la situación existente hace cinco años, cuando la actual sala de AVI -cuidados intensivos- estaba habilitada exclusivamente para el ingreso de los pacientes que llegaban de la Modelo.Desde entonces, los reclusos que se quedan en el Clínico son internados en las salas correspondientes a las dolencias que padecen, junto a otros enfermos, y son custodiados día y noche por una pareja de policías nacionales.

Esta situación había provocado ya muchos problemas, expuestos en numerosas ocasiones por el comité de empresa a la gerencia del hospital. Al parecer, en estos últimos años se habían registrado disputas entre el personal facultativo y los agentes de la policía, protestas por la presencia de policías nacionales armados en el hospital y quejas de algunos pacientes y sus familiares.

José Antonio Gómez Gilabert, preso considerado por las autoridades policiales y penitenciarias como "altamente peligroso", ingresó en el Clínico el viernes por la noche aquejado de unos fuertes dolores abdominales. Dos policías nacionales se encargaron de su custodia. El domingo, dos mujeres visitaron a Gómez Gilabert y varias horas después, cuando ya se habían ido, el preso solicitó a los policías permiso para ir al lavabo, situado al fondo de la sala.

Gómez Gilabert entró en el lavabo, cerró la puerta y rápidamente se subió a la taza para coger una bolsa de plástico herméticamente cerrada, con un revólver dentro, que le habían dejado en el agua del depósito. El preso volvió a la habitación con el revólver escondido. A las 23.50 horas, volvió a pedir permiso para ir al lavabo. Esta vez le acompañó el policía nacional Ernesto Irlés Rodriguez, que le esperó en el comedor de la sala, situada enfrente de los lavabos. El recluso salió del lavabo y se metió en la cocina. Allí se encontró con la mujer de la limpieza, a la que preguntó si se podía huir por la ventana. La mujer, asustada, salió de la cocina, y mientras el preso intentaba abrir la ventana, avisó al policía, quien se lanzó de inmediato sobre Gómez Gilabert para evitar que huyera.

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Suicidio de un preventivo

Por otro lado. el recluso Ramón González Yuste, de 59 años, murió al mediodía de ayer al arrojarse al vacío desde el segundo piso de la cárcel Modelo de Barcelona, donde se encuetran los talleres del centro penitenciario.Ramón González Yuste cumplía condena preventiva desde el año 1981 por un presunto parricidio. Aunque pudo ser atendido por el médico de la cárcel Modelo, el recluso ingresó ya cadáver en el Hospital Clínico de Barcelona. Antes de arrojarse al vacío, dejó varias cartas dirigidas al juez que lleva su caso.

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