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Malestar en la naviera propietaria del 'AIraigo' por tener que devolver el avión Harrier a la Royal Navy

La decisión del Tribunal Marítimo Central de declarar al avión Harrier británico que aterrizó sobre el carguero español AIraigo como un bien no embargable, al ser propiedad del Reino Unido, ha sido recibida con cierto disgusto por parte de la naviera española García Miñaur, a la que pertenece el barco, cuyo representante legal aseguró ayer a EL PAIS que hasta que no se garantice el procedimiento judicial que se va a seguir, tratará de mantener como garantía el avión británico. Los abogados de la Royal Navy, por su parte, consideraron que ello supondría un desacato a la ley y esperan a que hoy se cumpla el plazo de la notificación notarial presentada por los mismos, exigiendo la devolución del aparato.

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El asunto no ha podido ser sustraído del nivel diplomático en el que se ha situado a medida que pasaban los días. En una nota diplomática, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico se ha dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores español, para calificar de salvamento el hecho y comprometerse a pagar las indemnizaciones que se establezcan, según comunicó ayer a este periódico el gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife, Eligio Hernández Gutiérrez. El abogado de la naviera española, Fernando Meana, tuvo conocimiento de este escrito a través de EL PAIS y comentó: "Es un documento de intenciones que nos satisface, pero no es suficiente garantía para la devolución del avión".El abogado Meana Green señaló: "Nosotros no vamos a quedarnos con el avión; queremos que salga del barco pronto, pero antes exigimos una garantía sobre el procedimiento judicial que se haya de seguir". En su conversación con este periódico no descartó la posibilidad de firmar un acuerdo para que el tema sea conducido al arbitraje de Londres. "Es triste, pero es verdad.

Quieren garantías

La naviera, según su abogado, se conformaría con una garantía personal del Gobierno británico para dejar marchar el avión Harrier. "Esa garantía se puede plasmar en un escrito de la persona facultada para ello, en el que se asegure el compromiso del pago del premio correspondiente", indicó Meana Green. "Nosotros nunca hemos exigido una fianza al Gobierno británico, sino un garantía de este tipo", añadió.Expertos en la materia consultados por este periódico estimaron acertada la decisión del Tribunal Marítimo Central, ya que un avión de guerra no es un bien privado, y no existe razón aparente para su retención. "El Estado británico es el propietario de la nave, y como tal actúa en calidad de garante, al que en todo momento se podrán reclamar los derechos que procedan", afirmaron. El Tribunal Marítimo Central, instancia administrativa, tendrá que dictar una sentencia, contra la que podrán recurrir los interesados, mediante la vía del contencioso administrativo, ante el Tribunal Supremo. Junto a aquella interpretación estrictamente jurídica, el Sindicato Libre de la Marina Mercante alude a la ley española de auxilios y salvamentos de 1962 y al reglamento que la desarrolla, para exigir una remuneración o fianza en casos como éste.

"Cuando el barco llegó al puerto con el avión a bordo, yo inicié un expediente de salvamento ante el juez marítimo permanente, que' sólo comenzó a actuar a partir de ese momento y a instancias mías. Si ahora el juez me dice que no puede retener el avión, yo veré qué hago, pero, desde luego, nadie puede obligarme a devolverlo sin más. Seguramente, sólo podría hacerlo un juez civil. El avión sigue bajo nuestra custodia. Haré lo más práctico y beneficioso para mis clientes", dijo el abogado de la naviera.

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"Desacato, a la autoridad"

La situación no era interpretada exactamente así por Fernando Huidobro, uno de los abogados de la Royal Navy, que continúa en Tenerife. "El juez es competente y puede exigir el desembarco del avión. Si su orden no es cumplida la otra parte incurrirá en desacato a la autoridad", indicó. Dijo que durante el día de ayer habían propuesto al consignatario del buque que dispusiera de una grúa para el traslado a tierra del Sea Harrier, a lo que se opuso. "Hemos tenido que hacer uso de un tercero para contar con una grúa", explicó. La intención de los británicos era transportar el avión por tierra hasta el British Tay, petrolero inglés encargado de llevar el avión al Reino Unido.El tema de la recompensa no ha sido nunca puesto en tela de juicio por los británicos, según insistió ayer el citado representante legal de la Royal Navy. En su dictamen sobre el caso para sus clientes, se desarrollan los argumentos empleados para buscar una salida. Parten dichos criterios de la idea de que el avión goza de la inmunidad soberana y se concretan en un compromiso, no evaluado, del Gobierno del Reino Unido de pagar una recompensa razonable. Este premio, que no tendría que esta necesariamente sometido a una jurisdicción en particular y podría ser pactado directamente entre las dos partes, ha sido, según señala ron los representantes británicos, rechazado por la naviera.

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