_
_
_
_
Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La derecha que viene

Lo que pasa con la derecha es que no quiere ser de izquierdas. Si no, serían divinos. La señora Thatcher, que llevó a unos puñados de muchachos ingleses a morir en las Malvinas, "por una guerra de prestigio" (todas las guerras son de prestigio: nadie hace guerras para desprestigiarse), la señora Thatcher, digo/decía, ha sido ahora devotamente votada por las "madres huérfanas de hijo", que diría Luis Rosales. Es lo que se llama un gran país. A no pocos ingleses he tenido que llevarles a la Tate Gallery para que conociesen a William Blake, durante mis estancias en Londres. Se quedaban atónitos de tener un vecino de la esquina así. Jamás habían oído hablar de él, pero, de todos modos, eran buenos londinenses, y, en reciprocidad, me mostraban/recitaban el If de Kipling, que colgaba/cuelga del living de su casa. La derecha que viene, viene por todas partes, hasta por Islas Filipinas, un bar que hay en esa calle y a donde iba mucho mi general don Fernando de Santiago y Díaz de Mendívil. Parece que mi general ha escrito un Spleen en plan parte de guerra. Es lo que tiene: que los escritores y los militares no nos jubilamos nunca. Don Manuel Fraga Iribarne, que no es de esos "hombres que van a bares", como dice Haro Ibars, coge, en cambio, agarra, llega, - pilla, se mete en su suite de la Moncloa por apartamentos, de Génova, y escribe: "La creación de dos grandes fuerzas políticas estables y responsables es un paso adelante". Don Manuel está, o sea, por el sagastacanovismo. Se ha pasado la vida, como Sagasta, queriendo ser Cánovas. A la Reina doña Sofía, en la Exposición Mundial Canina, le regalaron un cachorro. Y al Rey, los donceles (ya un poco entrados) de las armas y las letras le han regalado un golpe periodístico, o sea, un pregolpe. Un golpe acachorrado. Ya tenemos el 8/J/83, o sea.Julián Lago sostiene que los etarrakuñas secuestradores de Prado/Colón, lo que querían era información sobre la vida de don Juan Carlos para matarle. Lo que pasa es que nuestras Malvinas las tenemos demasiado cerca. Barrionuevo tiene sus Malvinas en el barrio del Pilar, Fraga tiene sus Malvinas en el Parlamento (Fraga es un viejo y ventrudo portaviones de la guerra mundial, casi desguazado, que bombardea de vez en cuando el banco azul, en pura imaginaria, y transporta algunos infantes de marina hasta la calle de Zorrilla, por hacer el número numerero: Verstrynge, que es el chico/telva de la coeur/press; Herrero de Miñón, que es el viejo sargento que se ha hecho toda la guerra del Pacífico y se cree Mac Arthur, y Ruiz-Gallardón, cojo y tenor como un pirata de zarzuela.

La derecha que viene, viene por todas partes, y siempre metaforiza su condición eterna, enteriza, duradera, en una mujer, por el fondo bíblico/reprimido de su formación: la señora Thatcher está metaforizando vicariamente a la Reina Isabel, la Reina Isabel a la Reina Victoria, la Reina Victoria a Lady Macbeth, Lady Macbeth y todas ellas a la Reina Virgen, la Reina Virgen a la Virgen María, y así, hacia atrás, hasta las Madres Primeras, Eva y la serpiente del Paraíso, un Paraíso que se parece inesperadamente a la India colonial del citado Kipling, sí.

El teniente general don Fernando de Santiago y Díaz de Mendivil tiene sus Malvinas en el retiro escalafonal, claro, y desde ese archipiélago de ocio levanta la bandera nacionalista, como Galtieri. La señora Thatcher sabe que su victoria electoral se la debe a los electores. Aquí creemos que se la debe a la Providencia. La derecha, cuando viene, cree que viene para quedarse.

El sagastacanovismo es su juego de infancia, como versión madriles del eterno retorno de Mircea Eliade, que se contrapone reaccionariamente al progreso dialéctico de la Historia. El Plan Zen (capitán general Juan Vicente Izquierdo) tiene sus Malvinas en "la guerra del Norte", que decía Suárez. Cómo estará la derecha de tarasca que hasta Gabriel Camuñas ha articulado una oración compuesta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_