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El Gobierno creará un nuevo coeficiente de inversión para la banca con el fin de financiar la reconversión industrial

El Gobierno creará un nuevo subcoeficiente de inversión, dentro de los coeficientes de inversión obligatoria de la banca privada y cajas de ahorro, con el fín de obtener recursos baratos para financiar la reconversión industrial, según anunció ayer el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, en el acto de presentación del Libro Blanco de la Reindustrialización. Solchaga, que no facilitó a la prensa el texto definitivo, resaltó la imposibilidad de anticipar cual será el coste económico y social de la reconversión, que, por otra parte, será casi exclusivamente sectorial y no por empresas concretas.

Aparte del aspecto financiero que contiene el Libro Blanco, que fue el tema que más tiempo consumió en las deliberaciones en el largo Consejo de Ministros del pasado miércoles, Solchaga no ofreció grandes novedades sobre lo que ya se conocía en relación con la filosofía y las líneas básicas sobre las que descansará el programa del Gobierno socialista para sacar al sector industrial español de la crisis. Sí dijo, sin embargo, que su departamento presentará en las próximas semanas un proyecto de ley ante el Parlamento sobre el que se basará, en una primera fase, el marco jurídico de la reconversión. Añadió que, posteriormente, los planes concretos para cada sector se aprobarán mediante decreto ley.La financiación de los previstos programas de reconversión industrial se ha convertido, aparentemente, en el punto más polémico del programa Solchaga para la reindustrialización. Según admitió el propio ministro de Industria, fue el ministerio de Hacienda el departamento que, en último extremo, escogió entre las diferentes alternativas propuestas para financiar la reconversión y el que prefirió la creación de un nuevo subcoeficiente (denominado de capital/riesgo) dentro de la inversión obligada de la banca y las cajas de ahorro al otro mecanismo de crear una Sociedad Financiera para la Reconversión Industrial (SFRI), encargada de canalizar las ayudas y los recursos hacia las empresas y sectores en crisis.

Esta segunda alternativa, contenida en los primeros borradores del Libro Blanco, hubiera creado algunos problemas dentro de los planes de reforma del sistema financiero que elabora Economía y Hacienda, ya que introducía una nueva figura financiera no prevista en los citados planes. El nuevo subcoeficiente, que Solchaga dijo en público que no se había consultado previamente con la banca, se introducirá de forma gradual y en distintas fases y, sin que hasta el momento se haya delimitado su volumen, estará incluido dentro del coeficiente de inversión obligatoria de las entidades financieras.

A este respecto, las entidades podrán acogerse a dos mecanismos para cumplir las obligaciones impuestas por el nuevo subcoeficiente. Por un lado, aquellos bancos y cajas que deseen aceptar los riesgos de la reconversión lo podrán hacer directamente entrando en el capital o prestando directamente a las empresas. Pero aquellas entidades que no deseen cargar sus balances con más riesgos industriales podrán acogerse a los mecanismos que instrumentará. a tal fin el Instituto de Crédito Oficial (ICO), en lo que se denominará Sección B, donde se podrá colocar los recursos correspondientes a este nuevo subcoeficiente. De esta manera será el ICO quien asumirá directamente los riesgos.

Alivio en la banca

En medios bancarios se registraba ayer una no oculta sensación de alivio ante la solución propuesta. En medios próximos a algunos de los siete grandes se señalaba que con este sistema el sacrificio de la reconversión para la banca va a ser mucho menor de lo esperado, a menos que el Gobierno decida incrementar el porcentaje del coeficiente de inversión obligatoria. Pero los mismos medios no esperaban que esto ocurriera ya que, de ser así, se les retraerían recursos adicionales de su actividad comercial y, por tanto, se agravarían los problemas que atraviesan como consecuencia de su tradicional riesgo en el sector industrial.Asimismo, las entidades bancarias daban por seguro que el plan Solchaga distribuirá el nuevo subcoeficiente de una manera que se les permitirá colocar gran parte de sus recursos inmovilizados por el coeficiente en inversión no crediticia con el resto sometida a unas condiciones fiscales muy favorables.

El propio Solchaga reconoció, en la conferencia de prensa, que la solución propuesta perseguía, precisamente, aliviar los problemas de la banca con excesivos riesgos industriales ya que, de esta forma, "se impedirá que la crisis industrial se traslade, aún en mayor medida, al sector financiero".

En cuanto al coste social de la reconversión, el ministro anticipó que el programa exigirá nuevas reducciones de plantilla (cifró en 46.000 el número de personas que han perdido su trabajo como consecuencia de la ley Bayón) en los sectores en crisis, aunque se negó a dar una cifra aproximada al respecto. Señaló, sin embargo, que las reducciones de plantilla no podrían ser meramente biológicas, por lo que habría que instrumentar nuevas normas legales que añadir a las ya existentes sobre jubilación anticipada.

La reconversión, por otra parte, será casi exclusivamente sectorial y sólo en casos excepcionales el Gobierno, que actuará de forma discrecional a la hora de calificar sectores y empresas en crisis, podrá aceptar y elaborar un programa de reconversión para una compañía en solitario. Solchaga, per otro lado, se negó a anticipar los sectores que, aparte de los incluidos en la ley Bayón, podrán acogerse al plan gubernamental de reindustrialización. Dijo que el Gobierno tiene una mente muy abierta al respecto.

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