Plástico en el Paraninfo

No hace mucho he leído en ese diario la carta del profesor Lledó en la que, con gran sensibilidad, trataba del antiguo edificio universitario de la calle de San Bemardo y del destino que, al parecer, le espera.Aquella carta motivó una respuesta, convincente a medias y también publicada en EL PAÍS, en la que el actual rector de la universidad Complutense aseguraba que no había motivo de alarma, ya que el edificio seguiría cumpliendo funciones universitarias. No voy a entrar en el problema de cuál ha de ser el fin que haya de asignarse a esa construcción, pero sí quisiera llamar la atención sobre algo objetivamente perverso, y es sobre el horrible caparazón de plástico con el que recientemente se ha coronado la zona del Paraninfo, una excrecencia inarmónica que quien, transite por la calle de San Bernardo no puede dejar de observar. En un lugar donde precisamente ahora se está restaurando no sólo esa vieja casa, sino también el vecino palacio de Parcent, el descomunal tenderete de marras constituye un ingrediente difícil de digerir. ¿No sena el momento de buscar otra solución? Quizá se hayan evitado goteras al Paraninfo, ¡pero a qué costa! /