El Estado aportó el 72% de los beneficios de la banca en 1982

El 72% de los beneficios después de impuestos de la banca española en el pasado ejercicio procedió del Estado, y sólo un 28% del sector privado de la economía. La cifra, que no sólo es preocupante por su magnitud, sino también por su rápido crecimiento (hasta 1978 no se pusieron en circulación los bonos del Tesoro, sustituidos recientemente por certificados de regulación de depósitos), supone que en sólo cinco ejercicios el Estado ha pasado de aportar desde un 0% a un 72% a los beneficios anuales de la banca.

En concreto, en el pasado ejercicio, la adquisición por la banca de certificados de regulación de depósitos y otros activos monetarios oficiales supuso para el sector unos beneficios de 73.794 millones de pesetas, sobre unos beneficios netos totales de 102.491 millones de pesetas.

La evolución de la participación de operaciones con el Estado sobre el total de beneficios de la banca es preocupante, según reconocen en privado banqueros y autoridades monetarias, y aboca en un futuro inmediato -si no se produce un cambio radical en la situación- a que la Administración sea la exclusiva fuente de beneficios del sector crediticio.

Aumento de la rentabilidad

Fuentes bancarias aseguran, sin embargo, que no ha disminuido la financiación de estas entidades al sector privado, sino que lo que ha caído es la rentabilidad de estas operaciones como consecuencia de la fuerte progresión de los costes financieros a partir de la liberalización del sistema financiero de 1977.Estos costes, aducen las citadas fuentes, prácticamente se han duplicado al pasar de representar un 4,71% del pasivo patrimonial medio en 1977 al 8,66% en 1982. Crecimiento muy superior al de las inversiones crediticias, que evolucionan, en igual período, de un 7,61% a un 9,02% sobre el pasivo patrimonial medio.

Frente a esta pérdida de peso específico de las operaciones de la banca con la economía privada sobre el total de beneficios del sector, la rentabilidad de los instrumentos financieros del Banco de España crece desmesuradamente (el interés de: los certificados de regulación de depósitos ha pasado de un 14,5%, en marzo de 1981 a un 21,5% en mayo de 1983). Los tipos de interés de depósitos al sector privado, por el contrario, han aumentado tan sólo de un 11,36% al 12,47%.

Pese a lo negativo de esta realidad, que ha sido denunciada por algún representante de la banca privada y en algunas declaraciones de actuales responsables del Giobierno socialista (intervención del actual director general del Tesoro y Política Financiera en las Jornadas de Intermoney del pasado año), se ha producido un "círculo simbiótico", en palabras de un cualificado observador, por el que la banca logra del Estado unos beneficios que si no difícilmente tendría, y el Estado puede resolver a corto plazo -aunque lo pague caro- sus agobios para financiar un déficit público que crece año a año.