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Trabajador en paro, asesina a tiros en un bar de Azpeitia

Un trabajador en paro, vecino de Azpeitia, Francisco Machío Marto, fue asesinado anoche a tiros por dos jóvenes, que le dispararon a bocajarro pasadas las 20.45 horas, cuando se encontraba en el bar Amaya, de esa misma localidad guipuzcoana. Los asesinos remataron a su víctima, ya en el suelo, con un segundo tiro, antes de alejarse a paso ligero, pistola en mano, en dirección a la plaza del pueblo, donde, según todos los indicios, les esperaba un tercer individuo a bordo de un vehículo en el que huyeron.

Francisco Machío, de 31 años, natural de un pueblo de Extremadura, recibió los dos impactos en la cabeza y fallecíó casi instantaneamente. En el momento del atentado se encontraban en el bar dos amigos de la víctima y los propietarios del establecimiento. Un testigo del suceso manifestó anoche a EL PAIS que los agresores vestían camisas claras y pantalones de verano, y aparentaban tener edades entre los 20 y los 25 años.

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Un joven, asesinado en un bar de la localidad guipuzcoana de Azpeitia

Viene de la primera páginaAl abandonar el local, uno de ellos dijo en voz alta: "Ahí dentro está", mientras caminaba sin prisa, pistola en mano, por la calle Erdikale, una zona céntrica en la que existen numerosos bares.

La víctima, soltero y empleado hasta hace tres meses de la fábrica de muebles Fernando Olaizola, estaba considerado como una persona sumamente reservada. Sus agresores le sorprendieron cuando tomaba un vino en la barra del bar.

Su cuerpo fue trasladado por miembros del servicio de asistencia DYA a su domicilio, en la calle Juan XXIII, después de que el juez ordenara el levantamiento del cadáver una hora después del atentado. Fuerzas de la Guardia Civil instalaron anoche fuertes controles en los accesos de Azpeitia y de otras localidades cercanas.

Desde comienzos de año se habían registrado 16 muertos por atentados terroristas en el País Vasto, dos en Navarra y otros dos en el resto de España. Doce asesinatos fueron reivindicados por ETA, tres por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, dos por los GRAPO y dos eran etarras que murieron al estallar artefactos que se disponían a colocar.

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