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TRIBUNALES

El fraude en una empresa de automóviles le costó al PSOE 30 millones de pesetas

El principal perjudicado por las irregularidades detectadas en la empresa CARYNSA, dedicada a la compra-venta de vehículos, fue el propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que tuvo que desembolsar cerca de 30 millones de pesetas para tapar el fraude provocado por la discutible gestión de los responsables de la firma, que a la vez eran militantes del partido. Este fue el balance realizado por uno de los accionistas de paja de la firma, un abogado, que dejó el partido a raíz del conflicto, después de 34 de militancia.

Hace pocos días el juzgado de instrucción número 11 de Barcelona procesó a dos de los responsables de la empresa CARYNSA, por un presunto delito de apropiacíón indebida de 1.200.000 pesetas. El magistrado juez Humberto Guadalupe decretó la libertad provisional de Antonio Paredes Lucas, mientras ordenaba la búsqueda y captura de Santiago Quintana Moreno, ex teniente de alcalde del ayuntamiento de Barberá del Vallés. Con este auto empezaba a escribirse el epílogo de una escándalosa historia que surgió cuatro años atrás.En marzo de 1979 el responsable de la Federación Catalana del PSOE, reunió a varios militantes del partido y les dio la orden de crear una serie de empresas mercantiles para recaudar fondos en favor de la organización en Cataluña. La situación económica del partido en aquellos momentos era crítica.

Proyecto espontáneo

El proyecto CARYNSA había surgido de manera espontánea, mucho antes de que se adoptara oficialmente esta resolución. Al parecer varios militantes socialistas, que trabajaban en el negocio de compra-venta de coches, habían realizado algunas operaciones con el objeto de dirigir los beneficios en favor del partido.Numerosos militantes del partido socialista y de la UGT, entre ellos el propio alcalde de l'Hospitalet de Llobregat, Ignasi Pujana, adquirieron su coche en CARYNSA. La marcha económica de la firma empezó a torcerse en el mes de octubre, cuando se descubrió una pelota de letras de 20 millones de pesetas, libradas por CARYNSA y cobradas gracias a los oficios de una financiera dependiente del Banco Hispano Americano. Poco tiempo después de localizarse estas primeras irregularidades se comprobó un segundo fraude consistente en no ingresar el impuesto de lujo de los coches en la Delegación de Hacienda.

Cuando CARYNSA estaba ya en marcha, pero no se había descubierto el fraude, la Federación Catalana del PSOE decidió crear una segunda sociedad dedicada a artes gráficas y publicidad: ADP, con un consejo de administración formado por militantes socialistas, entre los que se encontraba Pilar Jaraiz, el catedrático de Derecho Civil Carlos Calleja y el abogado Carlos Obregón.

La singladura de ADP, que colaboró en las labores de propaganda de diversos ayuntamientos socialistas, finalizó el 17 de marzo de 1982, cuando el medio centenar de trabajadores que formaban la plantilla se encontraron un buen día con la empresa cerrada y que habían sido despedidos. El conflicto de ADP se ventiló a partir de entonces ante los tribunales laborales y supuso también un importante desembolso por parte del partido para poder pagar indemnizaciones.

Coincidiendo con el desarrollo de estas actividades económicas, la Federación Catalana del PSOE participó en el proceso de unificación socialista que culminó en julio de 1978 con el nacimiento del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), fusionando a la antigua Federación Catalana del PSOE, el Partit Socialista de Catalunya (Congrés) y el Partit Socialista de Catalunya (Reagrupament). Esta trama económica, con sus respectivas irregularidades y dificultades, fue planteada reiteradamente ante los responsables del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), con la intención de que ayudasen a enjugar el déficit generado por la empresa creada por la Federación Catalana del PSOE.

Al principio, el tema se trató de manera exquisita en torno a las mesas de algunos restaurantes. Posterioremente, y a medida que crecían las dificultades y surgía la investigación judicial, el problema se planteó por carta y con mayor virulencia. Surgió así un rico epistolario, en el que uno de los promotores de las empresas -"las creé por disciplina de partido", aseguraba- pidió áyuda a la organización socialista.

Deshonra

Un ejemplo de esta segunda etapa de las relaciones es la carta dirigida el 14 de diciembre de 1981 al secretario general del PSC. Dice textualmente: "le agradeceremos no demore más el pago de estas cantidades, como hizo en ocasiones anteriores, ya que con ello lo único que consigue es producir más gastos, más molestias, mas deshonra para los socialistas, ya que a na die beneficia saber que estos tie nen empresas mercantiles, a cuyo frente se hallan militantes designados por el partido, dedi cados al pillaje".Un año más tarde, el mismo firmante, después de haber escrito cerca de una aocena de cartas, vuelve a dirigirse al secretario general del PSC, que seguía negándose a asumir las deudas de empresas pertenecientes al PSOE con anterioridad a la creación del PSC. El texto de esta nueva carta esui redactado en términos mucho más drásticos. El firmante, despuéis de insultar al dirigente socialista, pide: "Arréglame esto de CARYNSA".

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