Carlos Garaikoetxea desmiente haber mantenido contactos con un miembro de ETA en Caracas

La presidencia del Gobierno vasco desmintió ayer la noticia, difundida por una agencia de noticias, según la cual el lendakari Carlos Garaikoetxea se entrevistó en Caracas, durante su reciente viaje a Latinoamérica, con un dirigente de ETA. Lo único que hubo, según confirmaron a este periódico testigos presenciales, fue una conversación entre Garaikoetxea y un exiliado vasco -alejado desde hace años de cualquier actividad política-, solicitada por este último a título personal y limitada a la petición de una intervención del lendakari ante la embajada española para que se le concediera un pasaporte normal, y no uno válido únicamente para Venezuela, que es el que actualmente poseen los exiliados vascos.El tono de misterio y secreto que algunas fuentes habrían querido dar a dicha conversación era desmentido por el testimonio de personas que estaban presentes en el hotel donde se hospedaba el lendakari, y que aseguraron a EL PAIS haber visto entrar al refugiado en cuestión por la puerta principal del Hilton, e incluso haber escuchado los comentarios desfavorables de otros exiliados que se encontraban en el vestíbulo. Al parecer, el exiliado en cuestión no sólo está alejado de cualquier actividad relacionada con su pasado etarra, sino que ni siquiera pertenece al comité de apoyo y demás asociaciones de los exiliados vascos. De ahí los comentarios desfavorables, en el sentido de reprocharle que realizase su petición a nivel individual, al margen de otra iniciativa colectiva que, de cara a su regularización -y en particula a la concesión ¡de pasaportes- estaba en curso aquellos días.

Peticiones de exiliados

De esta iniciativa colectiva da cuenta precisamente el último número del semanario nacionalista Euzkadi, aparecido ayer mismo. El enviado especial de la revista, Juan Antonio Hervada, relata el encuentro celebrado en una habitación del hotel Hilton, de Caracas, en presencia de varios periodistas, entre cinco exiliados y el cónsul de España, José Luis Candela, a las siete de la tarde del pasado día 24. El diplomático español, tras escuchar a uno de los residentes vascos, que aseguró haber abandonado toda relación con la lucha armada desde 1979, comentó estar dispuesto a "informar favorablemente" si los interesados firmaban una petición solicitando la normalización de su situación, ya que "le constaba que era verdad" lo afirmado por sus interlocutores, en relación a su desvínculación de la lucha armada.Según el relato de Euzkadi, algunos de los presentes planteó la posibilidad de acogerse a medidas similares a las contempladas en el acuerdo Bandrés-Rosón sobre los ex poli-milis de la VII Asamblea Sin embargo, los interesados dijeron que para dar cualquier paso en esa dirección sería preciso "plantear la cuestión a los demás refugiados". Con ese acuerdo se celebró una nueva reunión al día si guiente. El cónsul Candela informó que el embajador español estaba al corriente y se mostraba dispuesto a apoyar también cual quier solicitud en el sentido señalado.