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Intensa actividad diplomática española

Los contactos de Fernando Morán en Moscú ayudan a desdramatizar las relaciones hispano-soviéticas

Después de una visita privada de dos días a Leningrado, el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, regresa hoy a Madrid, poniendo fin a una estancia de seis dias en la Unión Soviética. La visita oficial a Moscú de Fernando Morán parece haber servido para desdramatizar un tanto las relaciones hispano-soviéticas, sin dar lugar, por lo demás, a ninguna otra novedad.Utilizando el tópico diplomático podría decirse que "el viaje ha servido para intercambiar puntos de vista". Y nada más. Según comentaba alguien cercano al ministro español, éste estaba sorprendido por la manera con la que los dirigentes soviéticos participaban en el diálogo que, inevitablemente, se convertía en un monólogo a dos voces. Pero no hay que pensar que esto tuera un síntoma de frialdad, sino más bien una tradición. Gromiko -que es un diplomático capaz de ofrecer media docena de facetas- presentaba en las entrevistas con Morán sus más cariñosos gestos.

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El hecho de que el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andrei Gromiko, no fuera a recibir ni a despedir en el aeropuerto a su colega español -como hizo con Marcelino Oreja en enero de 1979- podría explicarse, en parte, debido al fallecimiento del veterano miembro del Politburó Arvid Pelche, que obligó a introducir cambios en el programa. Esta muerte podría justificar también la no celebración de entrevistas a más alto nivel (en 1979 Oreja se entrevistó con el entonces jefe del Ejecutivo, Alexei Kosiguin), a pesar de que en el programa de Morán existían huecos suficientes.

Sin embargo, pueden admitirse también otras explicaciones: Morán dijo desde un primer momento que venía a Moscú, como miembro de la OTAN y esto unido a la comprensión mostrada por Felipe González en Bonn hacia la postura de la OTAN sobre los euromisiles- no ha dejado de ser, muy probablemente, tenido en cuenta por el Kiremlin.

Aplazamiento de temas bilaterales

En lo que afecta a las relaciones bilaterales entre Moscú y Madrid, el viaje ha serivido sólo para romper el hielo. Se firmó el acuerdo de tráfico marítimo -como estaba previsto- y se aplazaron los asuntos en los que resultaba más difícil obtener acuerdo: convenio pesquero, convenio comercial y económico, solución al problema de la decena de hispano-soviéticos que no pueden salir del país para volver a España....Era el terna centroamericano el único que ofrecía ciertas esperanzas: la coincidencia de la visita de Morán a Moscú con el viaje que el presidente González realizaba a los países del grupo de Contadora llegó a levantar algún rumor en los mentideros periodísticos de Moscú. Sin embargo, tampoco en esto hubo novedad. Difícil era que lo hubiera, si se tiene en cuenta que, tanto Moscú como Madrid, consideran oficialmente que la URSS nada tiene que ver en el asunto.

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No obstante, España considera que la URSS tiene una gran influencia sobre uno de los países de la región, Cuba, y que debía de usar esta influencia para moderar a La Habana, lo que, a juicio de Madrid, facilitaría las cosas.

Por lo demás, las relaciopes hispano-soviéticas parecen estar muy lejos aún de superar del todo el trauma sufrido con la entrada de España en la OTAN. El viaje de Morán constituía, en este sentido, el primer capítulo del proceso de desdramatización que podría culminarse el año que viene con la visita del Rey de España.

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