El Parlamento danés rechaza el despliegue de los euromisiles si se sigue negociando

Como "un golpe en la nuca para la Organización del Tratado del Atlántico Norte" calificó el primer ministro danés, Poul Schluter, la decisión adoptada en la madrugada del jueves por el Parlamento (Folketinget) rechazando la puesta en práctica de la doble decisión de la OTAN, en tanto prosigan las conversaciones de Ginebra. Así mismo, Schluter consideró con inocultable amargura que los 34 años de unidad de los distintos partidos daneses en materia de política exterior y de seguridad han quedado rotos.

La resolución del Parlamento está llamada a suscitar duras críticas entre los aliados de Dinamarca en la OTAN, e internamente significa un duro traspié para el Gobierno conservador minoritario de Schluter, que podría provocar elecciones anticipadas. Sin embargo, el primer ministro declaró, tras su derrota, que el Gobierno se quedará por lo, menos hasta el otoño, en que habrán de discutirse importantes medidas económicas.

La moción aprobada, fue presentada por el partido socialdemócrata y contó con el apoyo de los demás partidos de izquierda, totalizando 83 votos contra 70. Consta de cuatro puntos: el Oeste debe proseguir las conversaciones sobre los cohetes de medio alcance; ninguna nueva arma será emplazada mientras prosigan las conversaciones; las armas nucleares francesas y británicas deben entrar en las negociaciones, y por último propone que sean reducidos en número los SS-20 soviéticos hasta el punto de hacer innecesarios los misiles del oeste.

Especialmente los dos últimos puntos resultan difíciles de aceptar, no sólo para el Gobierno de Schluter, sino para los aliados de la OTAN. El primer ministro danés, que declaró sentirse abrumado por la decisión, manifestó también sus temores de que Dinamarca sea ahora considerada por sus aliados de la OTAN "como un miembro de segunda clase".

La decisión de la OTAN prevé la instalación de 572 cohetes Pershing y de crucero en Europa a partir de finales de este año.