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Cuatro heridos al estallar una bomba en el Instituto Nacional de la Seguridad Social de San Sebastián

Cuatro heridos que no revisten especial gravedad -dos policías nacionales y dos funcionarias del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS)- es el balance de la impresionante explosión que se produjo, a las 10.45 horas de ayer, en la tercera planta del edificio del INSS en San Sebastián. La bomba había sido colocada en el interior de uno de los servicios que se encuentran en el área de la planta en la que están ubicados los despachos de la dirección y la secretaría provincial, así como la sala de juntas, en la que estaba reunida en ese momento la comisión ejecutiva provincial. En el momento de la explosión se encontraban dentro del edificio cerca de 30 personas.

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Minutos antes, una voz anónima había llamado a la policía gubernativa advirtiendo de la existencia del explosivo en un retrete de la tercera planta del edificio que la Seguridad Social tiene en la calle de Podavines, 3. Cuatro policías acudieron al lugar, que se encuentra muy cercano al Gobierno Civil, donde se recibió la llamada, para advertir de la existencia de la alarma y hacer la inspección ocular inicial. Pero sólo les dio tiempo de advertir a la secretaria del director provincial, Ignacia Etxarri Urrestarazu -una de las heridas- Ella sacó de la reunión a su director, Luis Javier Repes, que le dio la orden de tocar el timbre de desalojo y, cuando entraba de nuevo a la sala de juntas para disolver la reunión de la ejecutiva provincial, salió despedido por la onda expansiva de una explosión seca que le hizo rodar cinco metros por el suelo de la amplia sala de juntas. Ésta quedaba desguarnecida de una de las paredes, convertida en escombros, a la vez que el mueble librería caía sobre las espaldas de los reunidos en la amplia mesa."La explosión se produjo inmediatamente después de sonar el timbre", relata uno de los funcionarios, "y causó una impresionante humareda y una situación de pánico considerable, ya que apenas había dado tiempo a que comenzara a efectuarse el desalojo. Tampoco había dado tiempo a los policías a efectuar la revisión, ya que la explosión se produjo cuando estaban inspeccionando un pequeño almacén lindante a los servicios en los que había sido colocado el explosivo. Así se explica el que no se produjeran más desgracias personales. Los heridos no revisten especial gravedad, en tanto que los desperfectos han sido cuantiosos y francamente aparatosos: los tres servicios, así como los despachos del secretario provincial y la secretaría de dirección, han quedado reducidos a escombros. El área afectada por la onda expansiva con desperfectos es de más de 100 metros cuadrados, en los que no quedan ni muebles ni ventanas.

Lugar de difícil acceso

En opinión de un alto directivo de la delegación, el lugar de la explosión es el sitio menos indicado para hacer daño al público, ya que se ha producido en una zona de poco movimiento de personas, en comparación con otras plantas del edificio, por las que pasan al día unas 1.000 personas a despachar asuntos relacionados con la Seguridad Social. Es también este el lugar de más difícil acceso, ya que en este punto hay un ordenanza que controla el paso de gente y hace de filtro para evitar la frecuencia de público en el área de dirección. Igualmente, los servicios donde fue colocado el explosivo son utilizados únicamente por el personal de la planta, ya que son de uso interno de la casa.

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Conviene asimismo tener en cuenta que en ese momento se encontraba reunida, junto al lugar de la explosión, la comisión ejecutiva provincial. Esa comisión se reúne habitualmente los terceros viernes de mes, pero esta vez se retrasó porque su presidente, el delegado provincial de Trabajo y Seguridad Social, Ignacio Quintana, se encontraba ausente la semana pasada. A la reunión de ayer asistían también el director del INSS, Luis Javier Repes; el secretario, Máximo González; el tesorero, así corno representantes de los sindicatos CC OO, UGT y ELASTV y el representante de la patronal guipuzcoana Adegui, todos ellos componentes de la citada comisión.

Tampoco hay que olvidar que el pasado miércoles se produjo la ruptura total de las negociaciones para las transferencias de la Seguridad Social a Euskadi, dentro de las conversaciones que están teniendo lugar entre los Gobiernos vasco y central.

A pesar de lo aparatoso de la explosión, el estado de los heridos no revestía gravedad. El policía Guillermo Rodríguez, que fue rescatado de entre los escombros prácticamente semidesnudo por el efecto de la explosión, padecía traumatismo craneal en zonas frontal y occipital, así como quemaduras en la cara y heridas inciso-contusas en el cuerpo (era el que revestía mayor gravedad).

El cabo primero de la compañía de reserva José Vega Álvarez, de 29 años, presentaba heridas inciso-contusas en la cara y las manos, así como traumatismo craneal, si bien el parte médico indicaba que no revestía gravedad. Tampoco era considerado grave el estado de las dos funcionarias heridas: Aurora Pascual Viñaterra, de 54 años, que sufrió una luxación de hombro y contusiones en las piernas cuando se disponía a recoger su ropa para salir fuera después de la alarma, e Ignacia Etxarri Urrestarazu, también de 54 años, que sufre hematomas en la pierna derecha y posible rotura de la misma.

Otros avisos de bomba -esta vez, falsas alarmas- alteraron la vida de la ciudad en la mañana de ayer, con el consiguiente desalojo de edificios como el de Correos y el del INEM, situados en el centro de San Sebastián, lo que produjo alteraciones en el tráfico y la vida ciudadanas.

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