Llamados a declarar 30 miembros del Consejo General de la Magistratura italiana
El mismo día en que daba comienzo la campaña para las elecciones del 26 y el 27 de junio, 30 miembros del Consejo Superior de la Magistratura han recibido citaciones ante el juez instructor de Roma, Renato Squillante, responsable de la investigación sobre despilfarros de café del órgano supremo de la justicia, que preside el jefe del Estado.
El caso parecía archivado. La liebre la había levantado el fiscal de Roma, Achille Gallucci, que desde hace años se halla en el centro de polémicas de todo tipo, acusado de haber archivado no pocas investigaciones contra personajes políticos de derechas. Incluso 22 de sus mismos directos colaboradores se habían puesto contra él y a favor del Consejo Superior de la Magistratura.Tras la intervención del mismo Sandro Pertini, presidente de la República, que impidió meses atrás que se disolviera uno de los pilares de las instituciones de este país, Gallucci se había ausentado de Roma alegando motivos de salud. Pero ahora, en pleno clima electoral, ha vuelto con nuevas fuerzas. Su otitis se ha curado y ha renovado sus arremetidas.
A los altos magistrados se les acusa de haber gastado, sin permiso del Estado, un total de 100 pesetas al día en golosinas durante el año pasado. Los miembros del Consejo Superior de la Magistratura piensan que el problema no son los cafés, sino el hecho de que estaban decidiendo sobre los magistrados implicados en la logia masónica Propaganda Dos (P2), y también que habían empezado a abrir un nuevo capítulo sobre las actividades sucias y subversivas del gran maestro de la P2, Licio Gelli, encarcelado en Ginebra.
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