El Banco de España seguirá financiando al Estado mientras subsista el déficit

Los anticipos que hace anualmente el Banco de España al Tesoro para financiar parte del déficit del sector público no podrán ser cancelados en tanto en cuanto los Presupuestos Generales del Estado no presenten unos resultados con superávit que permitan ir enjugando las cantidades concedidas anteriormente, manifestó el Gobernador del Banco de España ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, dentro de las comparecencias de altos cargos de la Administración para el estudio de dicho proyecto de ley para 1983.

Los anticipos, según declaró José Ramón Álvarez Rendueles, ascendieron a 653.000 millones en 1980; 471.000 en 1981, y 824.000 el pasado año. Dichas cantidades se consolidan como créditos, sin período de amortización ni tipo de interés, al año siguiente. El Gobernador del banco de emisor declaró a preguntas de algunos parlamentarios que, aunque directamente estas cantidades no suponen ningún coste para el Tesoro, por cuanto no pagan ninguna cantidad al Banco de España, sí tienen un coste indirecto, ya que reducen los beneficios del propio banco al tener que obtener estas cantidades mediante instrumentos de control monetario con unos costes a precio de mercado y que en estos momentos, por ejemplo, se sitúan en cerca del 22%.Para Álvarez Rendueles esta situación de mantenimiento de la apelación del Tesoro al Banco de España sin condiciones de cualquier clase no es buena, aunque está recogida en diversos preceptos legales. Posiblemente sería más justo que dichos créditos tuvieran un tipo de interés determinado y, especialmente, que el Gobierno se comprometiera de alguna forma a la devolución en plazos concretos, por más dilatados que estos fueran.

Las posibilidades de que se cumplan las previsiones que sobre la apelación al Banco de España ha realizado el Gobierno en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1983, y que se situan en 80.000 millones de pesetas, ya que este año se ha buscado una financiación más ortodoxa del déficit público, son grandes siempre y cuando se mantenga la tendencia de colocación de pagarés del Tesoro entre los ahorradores privados, y dependerán también del comportamiento que éstos tengan a la hora de la amortización de la deuda pública que vence a lo largo de 1983.

El Gobernador del Banco de España manifestó su creencia de que a partir de este mes de mayo se invertirá la tendencia de salida neta de divisas al exterior, señalando que las previsiones actuales se situan en una pérdida de reservas, a finales de año, de 700 millones de dólares frente a los 3.100 millones de 1982 y los 1.300 de los cuatro primeros meses de este año. Aun en el caso, en el que no cree Álvarez Rendueles, de que la pérdida de divisas fuera similar a la de 1982, el Gobernador estima que la capacidad de endeudamiento de la economía española no está en entredicho y que se podrían obtener préstamos internacionales en condiciones como las del reciente crédito al Reino, que, si bien ha reflejado un empeoramiento de las mismas en relación a 1982, no suponen una desviación sobre las que imperan en los mercados internacionales para los países de economía similar a la española. Ante las preguntas sobre la existencia de una línea especial de créditos a los bancos expropiados de Rumasa, Álvarez Rendueles manifestó que no existe dicha línea y que el Banco de España no ha tenido costes en el saneamiento de los bancos, toda vez que aun se está en el momento de definir la situación real de dichos bancos y descubrir sus desequilibrios partrimoniales. No obstante, señaló que el Banco de España ha proporcionado fondos suficientes a estos bancos para hacer frente a las salidas de depósitos que tuvieron lugar cuando se declaró la crisis de estas entidades, como lo ha hecho en todos los casos anteriores.