Los detractores
Desde que existe, la fiesta brava ha tenido sus detractores. Ya en 1567 el Papa Pío V publicó una bula que amenazó de excomunión a los fieles que asistieran a las corridas de toros; otros pontífices secundaron la iniciativa, pero se siguieron lidiando toros en España. Lope de Vega, Jovellanos y Larra eran más bien antitaurinos; les tocó vivir algunas de las épocas más gloriosas del toreo. A comienzos de este siglo, Eugenio Noel hizo de su antitaurinismo una obsesión; recorrió la piel de toro de cabo a rabo para declarar que absolutamente todos los males de la patria eran consecuencia de los toros y el flamenquismo, pero la gente sólo se rió de él y murió amargado. Y de cuando en cuando saltan al ruedo novedosos enterradores de la fiesta.Los detractores hoy en día están mejor organizados que antes, como se desprende de una entrevista con Manuel Muñoz Peces Barba (primo del presidente del Congreso de los Diputados) y Jorge Roos, pertenecientes a, entre otros organismos, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas y la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal.
"Las corridas son un acto de corrupción, una degradación moral y mental", afirma el primero. "Es una escuela de sangre y violencia que crea en los niños una escuela de terrorismo". El segundo mantiene que la corrida es "un linchamiento. Es algo así como si el presidente Reagan de repente autorice el regreso de los linchadores del Ku Klux Klan". Cuando un interlocutor protestó que la vida de un hombre vale más que la de un animal, Roos insistió en que "no hay ninguna diferencia, es la actitud que crea la ofensa".
Estas sociedades en España critican en especial a los empresarios que manejan la fiesta. "Ya que la afición está agonizando, la empresa de Madrid intenta engañar a los niños, presentando festivales taurinos en los colegios", dijo Peces Barba. Se cursaron telegramas a tres ministros y se evitó este peligro. También han hecho 12 peticiones al Ministerio de la Presidencia: dos de ellas piden que el Código Penal castigue ofensas a los animales y que se vuelva a prohibir la entrada a las plazas a menores de 14 años de edad.
Su última gestión fue mandar una larga carta al alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, para protestar un reciente artículo suyo en defensa de la fiesta brava. "Como catedrático de Derecho, socialista y alcalde, el artículo de Tierno fue una equivocación", dijo Peces-Barba. "Ha querido darnos lecciones de sangre y muerte".
"Es necesaria, una formación moral del ciudadano", dice Peces Barba, "una educación cívica para que el español respete a todo lo que le rodea". Roos cita al parlamentario irlandés Edmund Burke: "Para que el mal triunfe, sólo es necesario que las buenas gentes no hagan nada".
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