De la Quadra confiesa su insatisfacción por la imagen que se tiene del Estado autonómico

"No podemos estar satisfechos de la imagen del Estado autonómico que tiene el pueblo español en su conjunto, una imagen de la disputa permanente, de la tensión entre el poder del Estado y el poder de las nuevas comunidades, de que el autonomista de verdad tiene que afirmarse enfrentándose al Gobierno de la nación", manifestó el ministro de Administracion Territorial, Tomás de la Quadra, en la reciente clausura de las Jornadas sobre Organizacion Territorial del Estado.

Para el ministro, la idea que se tiene actualmente de las autonomías no es más que una caricatura de las potencialidades que encierra un modelo de Estado que ha de basarse en la lealtad constitucional, en la colaboración en la distribución de las competencias del Estado y las propias comunidades y en la solidaridad entre éstas.En las mencionadas jornadas, organizadas por la Dirección General de lo Contencioso, Tomás de la Quadra tuvo una larga intervención, que puede considerarse como el adelanto de la doctrina del Gobierno con respecto a la política autonómica del Gobierno, una vez que ha quedado fiarmalmente configurada la España de las autonomías y, como consecuencia directa, se inicia la vertebración de un nuevo Estado.

Al referirse el Estado autonómico que ahora comienza a funcionar en plenitud, el ministro de Administración afirmó que, aunque con diferentes niveles de conciencia y de realidad en sus elementos diferenciadores, "una voluntad autonómica hace a todas las comunidades igualmente respetables". "Las diferencias de conciencia, cultura o lengua", ha precisado, en clara referencia a las comunidades autónomas históricas, "por más que tengan algun reflejo en los estatutos, no pueden buscar una diferencia de trato o una formulación estrictamente legal. No es en el estatuto de autonomía, norma institucional básica, donde una comunidad debe pretender básicamente un reconocimiento de su personalidad, sino en el diario ejercicio de su autogobierno".

Nuevo modelo

Tomás de la Quadra ha afirmado que la etapa constituyente de elaboración de los estatutos y la posterior fase de transferencias "han dejado vislumbrar que el futuro del Estado autonómico está en la plenitud de funcionamiento de las instancias central y la autonómica, y que en ese pleno funcionamiento de ambas no es la contraposición de intereses o de puntos de vista el aspecto dominante, sino, necesariamente, la colaboración estrecha entre las mismas".A partir de ese criterio, el ministro de Administración Territorial ha planteado la necesidad de establecer un nuevo modelo de relaciones entre Estado y comunidades autónomas, "porque la imagen que a veces ha dado la autonomía no es más que una caricatura de las auténticas potencialidades que tenemos derecho a esperar, y que ha de ser, por fuerza, una autonomía de la colaboración, que descanse en algunos principios cardinales: lealtad constitucional, participación y solidaridad".

Con respecto al primero de los puntos, ha matizado Tomás de la Quadra que no debe interpretarse únicamente como el respeto y sometimiento de todos a la Constitución, "sino un concepto más fluido, más apegado al espíritu de la Constitucion, y no sólo a su letra y a los principios que más inmediatamente se deducen de la misma, sino también a aquellos que la práctica vaya demostrando que son su natural corolario". "Lealtad constitucional", ha añadido, "que también camina en dirección a las comunidades y exige al Estado el respeto profundo al autogobiemo que configuran Constitución y estatutos, que implica una constante voluntad de no hacer un uso discriminatorio de sus potestades exclusivas".

El concepto participación, que acuña el ministro como una de las claves de la política autonómica del Estado, encierra la filosofía con que el Gobierno desea afrontar el conflicto del deslinde de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas, que se quería aclarar a través de la controvertida LOAPA (ley orgánica de Armonización del Proceso Autonómico). "La participación", ha afirmado, "comporta una interpenetración mutua de ámbitos de competencia que no están atribuidos para encastillarse y ser defendidos palmo a palmo, con acritud, sino para establecer criterios ordenadores de la actividad de los poderes, que sirvan en su desarrollo y funcionamiento, pero cuya razón de ser no es la de ser defendidos sino la de ser actuados."

Esa participación se logrará, en opinión del ministro de Administración Territorial, cuando, realizadas las transferencias, comprendan todas las partes implicadas que la actualización de las propias competencias exige colaborar y participar unos en las decisiones de otros. "El día en que con carácter habitual se reúnan las conferencias de consejeros con el ministro correspondiente para coordinar las carreteras, la sanidad o la industria, ese día nos habremos olvidado de las competencias como objetos a defender frente a otros".

La palabra colaboración ha sido una constante en la larga intervención que hizo el ministro en las Jornadas sobre Organización Territorial del Estado. "El avance hacia la plenitud del Estado de las autonomías", terminaba, "exige concluir cuanto antes y con rigor esta etapa de las transferencias para situamos plenamente en el horizonte de la colaboración, y exige también la profunda reforma de la Administración del Estado".