Abandonados los planes para dinamitar nuevamente el Etna
ENVIADO ESPECIAL
El Etna no será dinamitado nuevamente. Al menos por el momento. Así lo anuncié el ministro italiano de la Protección Civil, Loris Fortuna, que preside la comisión de vulcanólogos que luchan contra el volcán, a la vista de que por primera vez en los 53 días de erupción el río de lava incandescente que desciende por las laderas de los montes Castellazzo, Vetore y San Leo ha reducido su velocidad, fuerza y temperatura.
El socialista Fortuna, famoso por las leyes del aborto y el divorcio que llevan su nombre, señaló que únicamente si fuera necesario se volvería a bombardear el volcán.
Con esta decisión se pone fin a la larga polémica abierta en Italia desde que se anunciara el proyecto de dinamitar el volcán Etna para desviar artificialmente el río de lava hacia un lugar seguro, operación que se llevó a cabo con escaso éxito en la madrugada del sábado pasado.
Aunque inicialmente el río de lava se desvió por el nuevo tramo abierto por las 28 cargas explosivas (operación que pudo ver en directo por televisión todo el país), a las pocas horas la mayor parte del corrente incandescente volvía a su cauce natural y discurría aún más deprisa.
Los vulcanólogos, sin embargo consideran un éxito doble este suceso. Por una parte, aseguran los profesores italianos Barberi, Cristofolinni, Ripamontini, el sueco Abersten, y el polaco Tazieff, entre otros, que se trata de una experiencia de alto valor científico y con posibilidades de aprovecha miento para el futuro. Por otro, la creación del cauce artificial ha contribuido notablemente a enfriar la colada de lava y el magma del volcán, lo que ahora hace posible, dicen, ser optismistas de cara al futuro inmediato de esta nueva erupción.
Los sicilianos no tienen miedo
La psicosis de miedo en la península italiana, alimentada en cierto modo por las impresionantes imágenes que pasan frecuente mente los distintos canales de televisión, no se vive de la misma forma en Sicilia y menos aún en Catania (700.000 habitantes, a unos 45 kilómetros del cráter central), donde quizá por estar acostumbrados a convivir con el Etna, que ya en 1669 cubrió de lava la ciudad y con frecuentes erupciones -la última fue en 1981- se ven las cosas de distinta forma.Incluso en Belpasso, 15.000 habitantes, una de las tres poblaciones ubicadas en la misma falda del volcán, junto a Regalna y Nicolossi (las tres a escasos kilómetros) una parte notable de la población se ha manifestado en contra de nuevos experimentos y así se lo han hecho saber a su alcalde, Paolo Rizza, para intervenga ante las autoridades. El fracaso de la operación del sábado pasado, y el desconocimiento y el gran respeto milenarios al volcán -"no sabemos lo que podría pasar si la fiera se enfureciese", aseguran- les hace reacios a un posible nuevo bombardeo.
Algunos periódicos italianos, como El corriere della Sera, hablan de intereses electorales con relación a cómo se está tratando la cuestión Etna y que se está irritando a los vecinos que ahora se han vuelto contra los expertos vulcanólogos. No era necesario tanto alarde cuando la lava en 54 días sólo ha recorrido ocho kilómetros, argumentan.
Mientras tanto, ayer, las brigadas de operarios que trabajan ininterrumpidamente en el volcán trataban de combatir el descenso de la lava -ahora con dos cabezas en movimiento- utilizando lo que aquí se conoce como martellones, es decir, una máquina similar a una tanqueta con un larguísimo brazo en forma de pala. Esta máquina resiste temperaturas de hasta los 1.100ºC que alcanza el Basarto y su función es la de hacer o al menos intentarlo cercas de ocho metros de ancho y varios de profundidad. para ir reteniendo la lava y provocar el enfriamiento general de la misma. Por el momento, y parece que de forma definitiva, no hay ningún peligro para los habitantes de la zona, aunque a veces una ligera nube de cenizas, azufre y polvo negro que escupe el volcán llega incluso a depositarse sobre las bellas playas sicilianas.
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