El Ayuntamiento de Santander repone una estatua de Franco que había sido retirada en 1981
La estatua ecuestre del general Franco fue repuesta en la plaza del Ayuntamiento a primeras horas de la mañana de ayer, tal como había manifestado repetidamente el alcalde de Santander, Juan Hormaechea. La estatua había sido retirada de su emplazamiento en noviembre de 1981, al iniciarse las obras del aparcamiento subterráneo de la citada plaza. La decisión del alcalde ha sido fuertemente contestada por la izquierda y recibida con entusiasmo por la extrema derecha.
Un camión grúa de grandes proporciones izó a las 10 de la mañana de ayer los 2.700 kilos que pesa la estatua, para situarla lentamente sobre el pedestal construido en los días anteriores a la celebración de las elecciones municipales y regionales del pasado domingo. Desde primeras horas de la mañana, la presencia del citado camión, la colocación del andamiaje alrededor del pedestal y la presencia masiva, aunque discreta, de miembros de la Policía Municipal, confirmaron el rumor que apuntaba desde la misma madrugada del pasado lunes la reposición inmediata de la estatua.Ante la presencia de numerosos curiosos, los trabajos de ubicación de la estatua finalizaron pasadas las 10.30 de la mañana, momento en el cual se oyeron unos breves y tímidos aplausos, provenientes de un pequeño grupo de personas de conocida ideología ultraderechista, ante la indiferencia de la mayoría. La colocación de la estatua del anterior jefe del Estado, en la plaza que lleva el nombre del Generalísimo, aunque popularmente es denominada plaza del Ayuntamiento, se produjo en ausencia de Hormaechea, quien no tenía previsto regresar a Santander hasta el próximo lunes.
En la madrugada del pasado lunes, una vez conocida su reelección por amplia mayoría, Hormaechea manifestó a los periodistas, que inquirían cuál era su última decisión en torno a la estatua, que "no he visto elementos suficientes para no instalarla, como tampoco he detectado el rechazo de la opinión pública ni ejemplos en la nación que me induzcan a lo contrario". Con anterioridad, había contestado con una de sus frases favoritas, utilizada también para negarse al cambio de denominación de la plaza del Generalísimo: "Yo no lo puse y yo no lo quito".
Ni el PSOE ni el PCE habían realizado manifestaciones públicas en la mañana de ayer, aunque era evidente el malestar existente por la decisión adoptada por el alcalde. Por su parte, un dirigente del CDS señaló que "si se coloca esta estatua no sé por qué razón no debe reponerse la de Manuel Azaña, que también pertenece a nuestra historia".
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