Debate sobre la perspectiva española de Mayo del 68
Una mesa redonda sobre lo que queda del espíritu de Mayo del 68 elausuró anoche en el Instituto Francés de Madrid un ciclo sobre aquel acontecimiento de 1968 que ha pasado a la historia como uno de los hitos culturales y políticos del siglo XX. Anteayer se habló en el mismo ciclo sobre la perspectiva española del mencionado hecho. Participaron en dicho acto los profesores José L. Aranguren y José María Vidal y Valle y los escritores Rafael Conte y Lourdes Ortiz.José Luis Aranguren manifestó que dichos acontecimientos de París se venían preparando desde las revueltas juveniles de la Universidad de California. Sin embargo, el Mayo francés no puede definirse como una irrupción americana, sino como un proceso internacional de rebelión estudiantil, que significó, a la vez, el fin del marxismo ortodoxo.
Por el contrario, Rafael Conte, que trabajaba entonces como periodista en el diario Informaciones, declaró que le tomó por completo de sorpresa la contestación juvenil de París. Por otra parte, la rigidez de la censura impedía medir exactamente la importancia y la raíz de los acontecimientos que se desarrollaban en Francia. El régimen franquista aprovechó esos sucesos para oponer el caos francés al orden de España. Esta rebelión estudíantil sí constituyó un fenómeno nuevo de contestación global de los valores de la sociedad burguesa, no llegó a ser una verdadera revolución.
Lourdes Ortiz, por el contrario, no se sorprendió de los sucesos de mayo en París. Fueron la lógica consecuencia de todo un proceso de rebelión estudiantil, que había tenido sus brotes en la misma Universidad española bajo el franquismo.
Por último, el profesor Vidal y Valle, catedrático de Estructura Económica de la universidad de Barcelona, confesó que había participado en los acontecimientos del Mayo como desconcertado militante comunista español, declarando que la oposición del Partido Comunista francés llevó a la derrota a esa revolución en marcha. Examinó las consecuencias de esta derrota, señalando un florecimiento de nuevas escuelas marxistas heterodoxas y una apatía e indiferencia entre los jóvenes. A este respecto, el terrorismo rojo en Alemania e Italía y una progresiva derechízación de la juventud uníversitaria española.
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