Estreno de 'Carmen', un musical sobre el 'ballet' español realizado por Saura y Gades
Hoy viernes se estrena en tres cines de Madrid Carmen, película realizada por Carlos Saura y Antonio Gades, seleccionada para representar a España en el festival de Cannes, junto con El sur, de Víctor Erice. El espectáculo teatral, firmado también por Saura y Gades, se presenta en París el próximo día 17. Para Saura se trata de "una experiencia fantástica, hermosa y apasionante dentro del cine musical y el ballet español", por el que se muestra interesadísimo.
Carmen, cuyo rodaje comenzó el día 7 de febrero y ha concluido hace pocos días, es la historia de la realización de la coreografía de la novela de Merimée y la ópera de Bizet contada a través de Antonio Gades. Saura y Gades son copartícipes y corresponsables de la película. El primero, de la parte cinematográfica, y el segundo, de la teatral. La película se ha rodado, con grandes dosis de improvisación ("según inventábamos la música, realizábamos la coreografía"), casi toda con sonido directo y con actores no profesionales.Del resultado final, Saura prefiere no opinar. "Tengo una cierta inercia y una gran paranoia. Lo único que puedo decir es que, mientras hemos trabajado en ella, la experiencia ha sido fascinante. Trabajar en un musical de estas características, un ballet español, ha sido algo nuevo para mí. Estamos acostumbrados a los musicales americanos, en los que toda la parte musical es play-back, una cinta de sonido perfecta y limpísima. Nosotros no podíamos hacer eso por las características propias de esta película. Hemos preferido recoger el sonido de las batas de cola al arrastrarse por el suelo, de los tacones sobre la madera. Además, una de las cosas fantásticas del baile gitano es que hacen las cosas de una manera irrepetible. Nunca una danza es igual a otra. Puede ser parecido, pero hay una cierta incapacidad de repetir unos determinados pasos. Por eso estábamos obligados a hacer la mayor parte de la película con sonido directo. Esto complicaba las cosas porque yo quería lograr un sonido perfecto. Al final llegamos a un ten con ten a base de improvisación controlada y hemos logrado un sonido que, si no es perfecto, sí es verdadero, cosa que me interesaba mucho".
La escuela de Gades
Saura añade que las dificultades técnicas que este alto grado de improvisación pudiera entrañar se han suavizado por la escuela que ha conseguido crear Antonio Gades. "Él ha trabajado muchos años con el ballet español y ha creado una escuela. De forma que cuando las chicas bailan están siguiendo unos pasos determinados. Él tiene codificados los pasos de baile, cosa que a mí me permite calcular mejor la actuación de la cámara".Pese a que es la segunda ocasión en la que los nombres de Saura y Gades coinciden en una película (anteriormente hicieron Bodas de sangre, de García Lorca), Carlos Saura considera que en esta ocasión ha hecho algo totalmente diferente. "Gades, llevaba más de siete años bailando la coreografía de Bodas de sangre cuando yo la vi, y decidí hacer una película. Ahí hice mi versión particular sobre el tema. Yo retomé algo que ya estaba hecho. Aquí ha sido diferente, porque los dos hemos colaborado en todo, aunque yo lleve más el peso cinematográfico y él el teatral, pero los dos hemos redactado el guión de la película, hemos trabajado los espacios escénicos, los personajes, lo hemos discutido todo, e incluso la coreografía que estrena en París la firmarnos los dos. Ha sido una experiencia nueva, absolutamente apasionante, en la que los dos hemos puesto el máximo".
Respecto a las posibilidades que Carmen pueda tener en Cannes, Saura dice que el festival es como una carrera de caballos, en la que hay caballos para todos los gustos, y en la que muchas veces no corre más el que es el mejor. "No creo mucho en los festivales ni nunca he creído en los premios. Voy porque son una plataforma fantástica de publicidad. Si vas a Cannes, sabes que durante 15 días todo el mundo va a hablar -bien o mal- de tu película. El hecho de que estés seleccionado quiere decir que una serie de personas ya van a hablar bien de ti. Es una feria y un espectáculo fascinante, con más de quinientos fotógrafos y miles de periodistas que todos los días tienen que enviar sus informaciones, y, lógicamente, algo te toca. Lo que vale de Cannes es esa publicidad. Si además te dan un premio, mejor, maravilloso; pero si no te lo dan tampoco pasa nada".
Carlos Saura ya consiguió el Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes en 1974 con La prima Angélica y en 1976 con Cría cuervos. "El Premio Especial del Jurado me interesa más que la Palma de Oro, y ya lo tengo. La Palma es, generalmente, un premio más comprometido, más sometido a presiones. En cambio, el Especial del Jurado se da al traba o bien realizado y a la película interesante. Al tenerlo, ya no tengo apetencia de premio, aunque van bien para la película e incluso para mi trabajo futuro".
Babelia
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