_
_
_
_

Portugal debe empeñar parte de sus reservas de oro como garantía a un crédito

Por primera vez desde 1978, Portugal debe empeñar parte de sus reservas de oro como garantía para un crédito destinado a compensar la falta de liquidez en divisas de su Banco Central. La noticia, confirmada ayer por uno de los gobernadores del Banco de Portugal, ha provocado una profunda conmoción política: la política estrictamente monetarista seguida durante cerca de 50 años por el Estado novo ha acostumbrado a los portugueses a considerar las reservas de oro como un mito, una parte inalienable del patrimonio nacional.

En 1977-1978 fue necesario empeñar cerca de un tercio de estas reservas (755 toneladas) para obtener financiación, pero los Gobiernos sucesivos soportaron los más duros sacrificios para rescatarlas, lo que acabaron de conseguir en 1980. Ahora, el 4,5% de las reservas de oro, depositadas en un banco suizo, servirán de garantía para un préstamo de 400 millones de dólares, a corto plazo, negociado por el Banco Central portugués, junto al Bank for International Settlements (BIS), y firmado unos días antes de la realización de las elecciones legislativas del 25 de abril.Este crédito permitirá al banco central portugués socorrer una serie de empresas públicas y privadas que en 1981 y 1982 recurrieron repetidamente al crédito externo y que, debido a la inflación interna y a la subida de los tipos de interés, se encuentran ahora imposibilitadas de hacer frente al servicio de sus deudas externas.

El préstamo del BIS elimina también las tensiones provocadas por el atraso de la concretización de un préstamo de 300 millones de dólares, negociado con un consorcio de bancos norteamericanos, ingleses y japoneses sobre el mercado del los eurodólares y destinado a financiar el déficit presupuestario del Estado portugués para 1983.

Dificultades crediticias

Antes de la disolución del Parlamento luso, en febrero, el Gobierno portugués había obtenido autorización para negociar en los mercados financieros internacionales préstamos por un valor global de 650 millones de dólares, el resto del déficit presupuestario, debiendo ser financiado por el recurso a la deuda pública interna.La inestabilidad política portuguesa y la falta de liquidez existente sobre los mercados mundiales, como consecuencia de la baja del precio del petróleo y las suspensiones de pago de varios países muy endeudados, han dificultado seriamente al Gobierno portugués la obtención de los créditos externos, de los que tiene urgente necesidad.

El secretario de Estado del Tesoro, Walter Marques, anunció ayer que había sido fijado un plazo límite de dos días para la conclusión del acuerdo con los bancos extranjeros suscriptores del préstamo de 300 millones de dólares y que esperaba que la operación concluyese en la segunda semana de mayo.

Aun así, Portugal tuvo que aceptar condiciones excepcionalmente duras: para la mitad del crédito solicitado, el interés corresponde al tipo preferencial en vigor en Estados Unidos, más un diferencial del 0,4%. A los 150 millones de dólares restantes se aplicará el tipo interbancario de Londres, además de un diferencial del 0,75%. Lo peor de que estos dos préstamos no bastarán para resolver las dificultades financieras de Portugal: es aún necesario conseguir los créditos necesarios para cubrir el déficit de la balanza por cuenta corriente, calculado en 2.500 millones de dólares.

El FMI avisó a las autoridades portuguesas que sería imposible conseguir, sobre el mercado financiero internacional, los medios de financiación que Portugal necesitará en 1983 y 1984. El FMI recomendó en marzo a las autoridades de Lisboa adoptar inmediatamente las medidas necesarias para reducir drásticamente el déficit comercial. En consecuencia, el Gobierno dimisionario de Francisco Pinto Balsemáo decretó un aumento de cinco puntos de los tipos de interés y la subida del 0,75% para el 1 % de la devaluación mensual del escudo.

Estas medidas, que deberían permitir reducir en 2.100 millones de dólares el déficit de la balanza postuguesa de transacciones corrientes, han provocado fuertes reacciones en los medios empresariales, que acusaron al Gobierno de provocar el estrangulamiento del sector productivo con la restricción del crédito y los altos tipos de interés practicados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_