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Rabat estima que el gasoducto reforzará las relaciones en la región

Desde hace tiempo, Marruecos estima que la posibilidad de que el gas argelino sea colocado en Europa a través de gasoductos que atraviesen el estrecho de Gibraltar es el mejor argumento económico en favor de la idea lanzada en 1977 por el rey Hassan II de construir un enlace fijo sobre el estrecho de Gibraltar.La proposición española actual de construir un complejo multipolar de gasoductos que tengan en cuenta no solamente el gas argelino, sino el nigeriano, eventualmente el libio y el que pueda hallarse en el Sáhara, a los ojos de los marroquíes no hace sino confirmar la necesidad de acometer con seriedad el proyecto de enlace fijo entre España y Marruecos.

Originalmente, la proposición prospectiva marroquí de hacer que el gas argelino transitara por Marruecos había sido contemplada con gran escepticismo, dada el virtual estado de guerra en que los dos países se encontraban, a causa del conflicto del Sáhara. La entrevista Hassan II-Chadly Benyedid, y la normalización de las relaciones entre los países del Magreb, que parece inevitable e irreversible, le ha vuelto a dar verosimilitud a este proyecto.

La propuesta española, en tanto que proyecto mucho más ambicioso que el simple enlace con Europa del gas argelino, requiere, no obstante, importantes coordinaciones políticas previas, y, sin duda alguna, el fin de la beligerancia a propósito del Sáhara y una solución duradera y por todos aceptable.

Con la excepción del eje de comunicación entre los complejos químicos argelinos y Tánger, el otro eje de comunicaciones que sería el que deba enlazar con el gas nigeriano, pasa necesariamente por un complicado y por hacer eje de comunicaciones perpendicular a Tánger, que partiendo de esa ciudad de la costa norte enlace con Casablanca, Marrakech, El Aaiún, Atar, en Mauritania, y de allí se bifurca en dirección Nuakchot-Dakar-Abidjan. por la costa atlántica, y Bamako-Niamey-Lagos, por el interior de África.

El enlace de todos esos puntos para una operación tan vulnerable como la del tendido de gasoductos requiere, sin duda, importantes concertaciones políticas, no imposibles, pero, sobre todo, una solución para el conflicto del Sáhara que, ya que la política no la ha traído, por qué no podría traerla la economía.

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