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El Ejército y el ayuntamiento recuperan para Madrid las retretas militares del siglo XIX

El Ejército de Tierra, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, recuperó ayer una antigua tradición madrileña de los militares del siglo XIX y del reinado de Alfonso XIII. Una retreta militar recorrió el casco antiguo de Madrid para conmemorar el 175 aniversario del Dos de Mayo de 1808, fecha en que el pueblo español se levantó contra las tropas napoleónicas. Esta retreta finalizó en la plaza Mayor, adonde llegó, con retraso a causa de un atasco de circulación, y para presidir el final del acto, el ministro de Defensa, Narcís Serra.

El Ejército de Tierra rescató para este acto dos compañías de Granaderos y Fusileros del Regimiento de Infantería del Rey y de España, uniformadas y armadas como en el reinado de Carlos III con absoluta rigurosidad histórica. Durante un año, el Centro Técnico de Intendencia confeccionó los uniformes con los géneros de aquella época y las armas blancas se fabricaron en un pequeño taller de Toledo en un réplica fiel a las de entonces. Igualmente se confeccionaron en Eibar los fusiles.La retreta comenzó a las ocho de la tarde en la plaza de la Armería del Palacio Real, donde las unidades de la Guardia Civil y de la Guardia Real interpretaron España Cañí, Soldados y la Retreta del Burón. El público -varios miles de personas- apludió con entusiasmo en varias ocasiones el desfile de las unidades.

Las unidades desfilaron, posteriormente, hasta la Capitanía General, donde fueron recibidas por su titular, el teniente general Rafael Allendesalazar. En la plaza de la Almudena, la banda de trompetas y tambores de la escuadra de Batidores del Regimiento de Caballería Húsares de Pavía interpretó un pasodoble-retreta, y la banda de la Guardia Civil interpretó la Retreta floreada de caballería. El ambiente de este desfile transportó al público a otra época. Las unidades se dirigieron por la calle Mayor hasta la plaza de la Villa, donde el alcalde Enrique Tierno dió la orden -"¡comiencen!"- para que fuera interpretado un pasacalles. En la Casa de la Panadería, en la plaza Mayor, esperaban el desfile y la retreta final el presidente de la JUJEM (Junta de Jefes de Estado Mayor), el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, el capitán general de Madrid, el general inspector de la Policía Nacional, el director general de la Guardia Civil y el alcalde de Madrid, acompañado de varios concejales. Todos aguardaban, inquietos, al ministro de Defensa, Narcís Serra, que había confirmado su presencia. Entraron las unidades en la plaza y, cuando nadie pensaba que el ministro iba a llegar, éste apareció andando por uno de los arcos de la plaza. Subió corriendo las escaleras hacia el balcón de honor y no pudo contenerse: "¡¡Lo de siempre: un atasco de tráfico..!

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