La herencia de Martín Villa

Las elecciones municipales en la provincia de León, considerada hasta hace poco como el feudo de Martín Villa, están hipotecadas por la disolución de UCD y la supervivencia política de los antiguos azules, hasta el punto que la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) aparece como la única patronal española que ha preferido apoyar a los restos centristas en vez de al partido de Fraga en la candidatura a la alcaldía de la capital.Este apoyo ha causado serios problemas a AP, que llegó a proponer cuatro números uno en el espacio de pocas semanas, todos los cuales dimitieron para no enfrentarse a los independientes, encabezados por el actual alcalde, Juan Morano, y el hermano del propio presidente de la patronal, José Panero. Los aliancistas llegaron a ofrecer la alcaldía al primero, pero vetaron al segundo como posible teniente dé alcalde, lo que provocó la ruptura.

El candidato de AP, Jaime Lobo, es un antiguo ahogado de la organización sindical, que aceptó su nominación sólo 48 horas antes de que expirara el plazo de presentación de listas, tras la fuga de un empresario. minero, Marcelino Blanco, que, a su vez, presentó inopinadamente la renuncia por carta. Sus contrincantes son el antiguo equipo municipal centrista, con algunos añadidos, como el secretario provincial de UCD, José Antonio Cabaneros, y el ex alcalde socialísta, Gregorio Pérez de Lera. Oficialmente, la patronal concederá subvenciones individuales a los empresarios que se presenten en las listas independientes y de AP como alternativa a campañas institucionales de] estilo de anteriores convocatorias, lo que, de hecho, supone financiar la candidatura independiente con el apoyo añadido del único periódico privado de la provincia, el Diario de León, también en manos de los hermanos Panero.

A nivel provincial, la división de la derecha tiene como contrapeso los enfrentamientos internos en el PSOE, cuyas candidaturas han sido contestadas por las asambleas locales en la propia capital de la provincia, Astorga y una veintena de pueblos, donde los socialistas han firmado pactos electorales con la unión de campesinos (COAG); el protagonismo de los enfrentamientos ha correspondido fundamentalmente a UGT.