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12,5 millones de personas carecen de empleo en los países de la Comunidad Económica Europea

Andrés Ortega

Con 12,5 millones de parados oficiales en la CEE -una tercera parte de ellos, por debajo de los 25 años de edad-, el Parlamento Europeo, asamblea de la CEE elegida por sufragio directo y universal desde 1979, hizo ayer gala de su impotencia ante el tema del empleo, al que dedicó una sesión extraordinaria de dos días de duración. En los debates y en las votaciones quedó patente la división ideológica en Europa.

El Parlamento prefirió escoger la vía de la continuación de la lucha contra la inflación que la de ir ya a la creación -a nivel europeo- de puestos de trabajo. "Un puñetazo en la cara del trabajador europeo", comentó la socialdernócrata ale,mana occidental Heinke Salisch.Con cuatro proyectos de resolución de 20 páginas cada uno, 276 enmiendas y 15 kilos de documentación por parlamentario, el Parlamento Europeo dedicó a este tema acuciante una sesión plenaria que terminó ayer -por segunda vez en su historia- en Bruselas. Ante las puertas del Palacio de Congresos de la capital belga, un grupo de jóvenes parados distribuían etiquetas que numerosos parlamentarios no dudaron en ponerse en las solapas como para ilustrar que estaban al mismo nivel de impotencia. En efecto, las resoluciones del Parlamento Europeo en este campo no pasan de tener un valor moral para presionar sobre los Gobiernos de los diez. En este caso además no aportan ninguna idea nueva.

Gran conmoción causó el que el propio Parlamento decidiera celebrar esta sesión extraordinaria en Bruselas y no en sus plazas habituales, que son Estrasburgo o Luxemburgo. Para el presidente del Parlamento, Piert Dankert, se trata de estar más cerca de los centros de poder europeo, para que el Parlamento logre una mayor influencia. Es poco probable que este debate empuje a una decisión sobre el tema en la cumbre europea de Stuttgart en junio.

El proyecto de resolución que defendió el socialcristiano griego Efstratios Papaefstratiou sufrió tantas modificaciones que perdió toda su originalidad. Con las enmiendas que hicieron triunfar los miembros del grupo popular (cristianodemócratas y otros) se fue toda la carne, quedando sólo los huesos. Así, aunque permanece la mención de que la CEE adoptará un pacto europeo contra el paro, éste ya no consistirá en que los diez consagren un 1% de su producto interior bruto a inversiones comunes, adopten una simultánea reducción del tiempo de trabajo y creen un fondo europeo contra el paro. Desde que el Parlamento Europeo fue creado por sufragio directo en 1979, el paro se ha doblado en la CEE.

Según esta resolución, la CEE debería crear un mercado europeo de la microelectrónica. Quedó, sin embargo, el fomento a las inversiones privadas, pidiendo una moderación salarial y de precios a los sectores sociales. En los debates y en las votaciones de esta resolución quedó patente la geometría de la asamblea entre izquierda y derecha, aunque se traduzca luego exactamente a la realidad de los Gobiernos.

Reducción de jornada

Quedó derrotada una drástica reducción del tiempo de trabajo -diario y semanal- que comprendiera una menor jornada laboral para permitir a los matrimonios distribuir mejor sus horas de trabajo y repartirse las tareas domésticas. Para el comunista italiano Domenico Ceravolo, autor de otra resolución, estas medidas habrían de ser tomadas de golpe en toda la CEE, y sus costes habrían de ser repartidos.

Para solucionar el paro juvenil, las propuestas no fueron nuevas: más y más formación profesional, para permitir mayor movilidad, mientras el Foro de la Juventud de la CEE se pregunta: ¿Para qué tanta formación si se perpetúa el paro?".

Un 11,1 % de la población activa de la CEE está en paro. La Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, estima que se pagaron unos 7,5 billones de pesetas en los países de la Comunidad Europea en concepto de subsidios de paro en 1982.

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