Las negociaciones para la adhesión española a la CEE deben desbloquearse este año

Es imperativo que "durante el presente año" salgan del atolladero en el que se encuentran las negociaciones España-Mercado Común. Así lo afirma un riguroso estudio sobre el futuro de la Comunidad Económica Europea (CEE) realizado por los institutos de relaciones internacionales de Francia, la República Federal de Alemania, el Reino Unido, Italia y Holanda. Bajo el título La Comunidad Europea: ¿declive o renovación?, esta obra acaba de ser publicada, al mismo tiempo, en los cinco países referidos.

Por primera vez, los institutos de relaciones internacionales de cinco países miembros de la CEE han conjugado sus conocimientos y experiencias para elaborar un informe sobrio, riguroso y objetivo sobre el estado actual y el futuro de la CEE. Como cada Gobierno miembro de los diez, como los expertos y observadores, la obra en cuestión se hace partícipe de una convicción común: en el mundo presente, la comunidad europea se ve seriamente amenazada. Al tiempo, y en contra de afirmaciones simplistas o ignorantes, se valora el balance impresionante del cuarto de siglo de existencia de la CEE.Los autores del libro señalan todas las debilidades del funcionamiento de la CEE y proponen las fórmulas que consideran capaces de reactivar y fortalecer la construcción comunitaria. La ampliación de la CEE a España y Portugal la consideran necesaria y urgente. De España se dice que su adhesión a la comunidad "no puede más que plantear serias dificultades, a salvo de que sean adoptadas nuevas políticas relativas al mercado del aceite de oliva".

De manera más meticulosa, el informe estipula que el éxito de la ampliación exige que "la comunidad se muestre flexible y acepte más sistemáticamente que antes una diferencia entre las políticas, ligadas a las características propias de las economías española y portuguesa. Las disposiciones transitorias también deben ser flexibles, teniendo en cuenta los riesgos inherentes para cada una de las partes en el actual período de recesión mundial". Se subraya que .el respeto de las reglas comunitarias es más fundamental en una comunidad de doce miembros", y que "el logro comunitario debe ser aceptado por todos, pero, al aceptar este logro, los miembros actuales deben preocuparse de preservar lo que constituye la esencia del Mercado Común, y no de los provechos más o menos insignificantes que pueden esperar". El informe concluye este primer apartade de la ampliación recordando que los Estados miembros de la CEE han aceptado el principio del acceso de las democracias española y portuguesa a la comunidad, y "es imperativo que las negociaciones, durante el año en curso, salgan del callejón sin salida en el que se encuentran".

Los autores aún insisten en el tema de la ampliación al reprocharles a los diez los sucesivos retrasos impuestos a las adhesiones española y portuguesa. Parece que indirectamente apuntan a algunos países, como Francia, al anotar que los países candidatos "han podido pensar que algunos Gobiernos de los Estados miembros no se incomodarían ante un nuevo retraso. Estos Gobiernos no quieren reconocer, ni explicar a sus opiniones públicas, que una decisión de ampliación conlleva necesariamente la reordenación general de las políticas comunes, con el fin de tener en cuenta los intereses de lo nuevos miembros".

Refiriéndose concretamente a España, el informe resalta que la comunidad tiene derecho a esperar de España concesiones recíprocas", y anota como la más importante "la apertura a la competencia exterior de un mercado industrial protegido". Pero se concluye que, en las negociaciones, la regla de base debe ser la siguiente: "La comunidad modificará sus políticas con vistas a recibirá a los nuevos miembros, al tiempo que estos últimos procederán a las adaptaciones indispensables para aceptar las condiciones de adhesión. Y estas negociaciones deberían acabar en una fecha imperativa que ya no puede ser diferida una vez más, en función de los vencimientos políticos de los diferentes Estados miembros".