Clima de división en el aniversario de la independencia israelí
Este año la fiesta nacional israelí no está presidida por el signo del entendimiento y de la reconciliación. Su primer ministro, Menájem Beguin, eligió ese día para inaugurar Nablus Alta, núcleo de una nueva colonia judía, que debe superponerse a la ciudad de Nablus, en el corazón de la Cisjordania ocupada.El Partido Laborista, el partido del centro-liberal Shínuy, todos los movimientos de los kibutzim, condenaron esta iniciativa de Beguin, porque este nuevo asentamiento judío "dividirá a la nación en el mismo día de la independencia".
El ex primer ministro Isaac Rabin apeló al actual jefe del Gobierno y le exhortó para que anule la ceremonia de inauguración. Según el general en la reserva Bar-Lev, secretario general de Partido Laborista, "la implantación judía en el corazón de la población árabe nos obligará a gobernar las vidas de millares de palestinos que rechazan nuestra dominación".
Incluso el diputado Ehud Ulmert, del Likud presidido por Beguin, pidió al primer ministro que en el día de la independencia renunciara a la inauguración del nuevo asentamiento de Nablus Alta.
Pero todo era en vano; Beguin no quería a ningún precio renunciar a una ceremonia que debía, según su criterio, simbolizar lo perenne y la fuerza del pueblo judío en los territorios de Judea y Samaria (Cisjordania ocupada).
Curiosamente, el primer ministro israelí, que se disponía a pronunciar un discurso histórico en el mismo lugar del acontecimiento, abandonó el proyecto en el último momento.
Protestas masivas
El ministro de Defensa, Moshe Arens, que debía ocupar el lugar de Beguin en la ceremonia, prefirió excusarse. Finalmente, el viceprimer ministro, David Levy, encargado de representar al Gobierno, fue acogido en el monte de la Bendición (colina que domina Nablus) por un viento glacial, lluvia copiosa y 10.000 manifestantes del movimiento Paz, Ahora, que aguantaron la tempestad para protesar por la locura de los gobernantes, según la expresión de uno de sus dirigentes.Después de una breve ceremonia, celebrada discretamente en una casa privada, David Levy desapareció rápidamente, "dejando el campo libre a los manifestantes de Paz, Ahora", comentó la radio israelí.
"Alá está con nosotros", comentó un viejo palestino en Nablus.
Junto a estos problemas, el poeta hebreo Haim Hefer, galardonado en la conmemoración con la mayor condecoración israelí, dedicó una oda a la reconciliación nacional, escribiendo sobre los lugares de Israel e imaginándolos... "con los ojos cerrados".
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