Socialismo con retorno

Ayer publiqué aquí una columna titulada "Socialismo sin retorno" (más que nada, porque me gustaba la expresión), y hoy me parece que me voy a puntualizar a mí mismo. No recuerdo una sola palabra de lo que escribí ayer (optalidón, chivas, marcha, sexo, droga y rock and roll, ya saben); no recuerdo nada de lo que dije, pero de todos modos me voy a puntualizar. "Los hechos son muy testarudos", lo dijo un rojo. Rumasa/Rumasina (fraude, expropiación, huida de Ruiz-Mateos), son hechos testarudos. Aquel rojo no contaba con Fraga, que también es algo testarudo, pero la realidad tiene la cabeza.aún más cuadrada que don Manuel. Otros hechos testarudos: Gijón, Vigo, Sagunto. Me lo dijo un día Gerardín:

-Podemos montar otro Gijón en cualquier momento y en cualquier parte.

Pero Gerardo, es listo y, a estas alturas de la Liga, y yendo el Madrid como va, ha comprendido que todo Gijón tiene dos lecturas. Lectura a: poder sindical y obrero. Lectura be: incapacidad del Gobierno para resolver problemas laborales, y quien dice el Gobierno dice toda la izquierda, incluido el pecé. Entre ambas lecturas, se nos escapa la tercera y verdadera: desertización deliberada de las zonas industriales por parte de los grandes pataches de la industria, que se han ido de sudocas, desde el señor Berrelly, que le vendía grúas a Nasser, con el asesoramiento del general Lobo, que tenía mano en El Pardo, hasta los pequeños Bancos españoles que, marginados por el Wall Street de la calle Alcalá, florecen en la cartografía del Cono Sur, como he verificado personalmente.

El cuarentañismo reciclado dice, por una parte, que el Gobierno no gobierna, y, por otra, que gobierna demasiado, expropiando holdings, abejas y fincas. Me lo dijo Woody Allen cuando le entevisté en Manhattan:

-Lo que a mi me pasa, chico, es que percibo la realidad excesivamente.

A veces nos parece que el Gobierno González gobierna "excesivamente", y a veces que no gobierna. Depende de nuestra percepción de la realidad y de que estemos o no estemos al loro de los transistores de madrugada. Afortunadamente, éste es un socialismo con retorno que puede volver sobre sí mismo, rectificar, mejorar, e incluso devolver los plenos poderes a la derecha. Sólo que no hay una derecha. Ay. Rumasa/TVE. Hechos testarudos. Don Zoilo parece que acumula sobre sí, vicariamente, todo el Código Civil, y no precisamente a favor. En cuanto a TVE, aparte el roneo de pasillos, que ha existido siempre (tendrían que haber hecho la tele sin pasillos), el cuarentañismo reciclado hace crítica de las estructuras sin haber leído a los estructuralistas, pero nadie hace crítica o análisis de contenidos: los gaig, los militares republicanos, Alvarez del Manzano, el aborto, el decreto/ley, la mala o buena gestión de los Ayuntamientos. Todo sale por la caja. Antes (incluso con Suárez) no salían más que primeras piedras y pantanos. La derecha exquisita, pues, se ha replegado tácticamente a la crítica estética del medio, recordando vagas lecturas de Umberto Eco.

Los que se creen inás. astutos, Forrester, han llegado a la equivalencia socialismo/franquismo, olvidando que a Franco le salían más votos que votantes. Otro colmo muy gracioso que se ha sacado la Oposición es que "el socialismo es viejo". Por eso digo que vivimos un socialismo con retorno, o sea que tranquilos. En Cea Bermúdez encuentro un alarde medieval de grímpolas y gallardetes: "Ante la matanza de los inocentes, santa indignación". Jóvenes enguirnaldados reparten prospectos: se paraleliza a Felipe González con "el enigmático arzobispo Don Opas", ambos entreguistas. El socialismo democrático siempre tiene retorno. El pasatismo retorna, cuando menos, a Don Opas.