Decenas de muertos en el atentado que destruyó ayer la Embajada de EE UU en Beirut

El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, dijo anoche que el atentado que destruyó parcialmente ayer la Embajada norteamericana en Beirut, provocando decenas de muertos, no apartará a Washington de sus esfuerzos para pacificar Oriente Próximo. La misión diplomática, un edificio de siete plantas, fue casi volada por la explosión de un automóvil con más de 100 kilos dedinamita en su interior. Fuentes libanesas cifran en 40, al menos, los muertos, y en más de 90 los heridos, mientras que la Casa Blanca reconocía oficialmente 21 muertos y 60 heridos.

El atentado ha sido reivindicado por una organización denominada Guerra Santa islámica, que se dio a conocer en marzo pasado responsabilizándose de un ataque con granadas contra una patrulla norteamericana en Beirut. Washington confirmó que entre los muertos no figuran ni los enviados especiales de Reagan a Oriente Próximo, Philip Habib y Morris Drapper, ni el embajador de EE UU en Beirut, que a pesar de encontrarse en el edificio escapó ileso.Según algunas versiones, un vehículo con falsas placas diplomáticas forzó la entrada a la embajada, para hacer explosión inmediatamente después. Este supuesto alimenta la hipótesis de un conductor suicida. Otras informaciones hablan de un coche estacionado en las inmediaciones de la misión diplomática, cuya mortífera carga pudo accionarse por control remoto.

La identidad de las víctimas no se ha divulgado todavía. Se sabe que entre ellas hay mayoritariamente ciudadanos libaneses y algunos norteamericanos, presumiblemente infantes de Marina de los que custodian el edificio. El estallido destruyó una de las alas de la Embajada. Muchos de los muertos o heridos son viandantes que resultaron alcanzados por la formidable onda expansiva.

Reagan, que calificó de "odioso y cobarde" el atentado, habló desde los jardines de la Casa Blanca visiblemente afectado por la noticia que le transmitió su consejero de Seguridad, William Clark. Francia, Gran Bretaña, Italia y el secretario general de la ONU habían expresado anoche su indignación por el hecho, que añade, si cabe, más tensión a la precaria situación libanesa.

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