Argelia pretende dotar a sus Fuerzas Armadas con material occidental
El Reino Unido, Francia y, en menor grado, Estados Unidos pueden convertirse en proveedores de equipo militar de alta tecnología de las Fuerzas Armadas de Argelia, en el contexto de diversificación de una logística compuesta hasta el momento, masivamente de material fabricado por la Unión Soviética. El reforzamiento de su potencial defensivo se inscribe asimismo en la óptica del gran Magreb árabe, la cual es un objetivo prioritario de la política argelina.Informes procedentes de los medios financieros de la capital británica han señalado que Argelia negocia con un consorcio bancario del Reino Unido un crédito por valor superior a los 300 millones de libras esterlinas destinado a la adquisición de equipo militar fabricado por ese país. Las informaciones no han podido ser confirmadas en Argel.
El paquete que podría ser vendido a Argelia incluiría de 20 a 3,9 aviones de entrenamiento Hawk, helicópteros, blindados de transporte de personas y vehículos de reconocimiento. Aunque no existe ningún síntoma de aceleración de los gastos militares del Gobierno argelino, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Búsqueda de la Paz (IIEBP), este país figura, con el 2,2%, en el duodécimo lugar de las naciones del llamado Tercer Mundo en cuanto a importaciones de armas; Marruecos ocupa, según esa fuente, el décimo lugar, con el 2,8%, y Libia el primer lugar, con el 9%.
En 1981, Estados Unidos había autorizado la venta a Argelia de un primer grupo de seis aviones de transporte militar Hércules C-130, por un importe global superior a los 100 millones de dólares. Ese mismo año, una misión militar británica dirigida por el secretario de Estado del Ministerio de Defensa, Jeoffrey Pattie, visitó la capital argelina para negociar la venta de aviones Hawk.
La modernización de algunos modelos de tanques de fabricación soviética, de los que dispone el Ejército argelino, constituye otro de los aspectos en que ha mostrado interés Londres, pero ese capítulo parece ser difícil de realizar.
Al lado de las tentativas en curso para adquirir modernos equipos militares en Occidente, la política argelina en ese terreno consiste también en dotarse de una industria ligera, aplicada a las Fuerzas Armadas, en base a acuerdos con países en vías de desarrollo. Brasil había sido solicitado tras la visita efectuada a ese país por el director de fabricaciones militares del Ministerio argelino de Defensa.
En febrero pasado, el presidente argelino, Chadli Benyedid, en un discurso pronunciado ante los sindicalistas, había expresado, significativamente, que la capacidad militar de Argelia "es una seguridad para la región y no una amenaza".
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