Mitterrand visita Suiza con intención de saldar una vieja deuda de guerra

El presidente de la República francesa, François Mitterrand, y cuatro de sus ministros -Claude Cheysson (Asuntos Exteriores), Jacques Delors (Economía y Finanzas), Charles Hernu (Defensa) y Edith Cresson (Comercio Exterior)- se encuentran en Suiza en visita oficial desde ayer a fin de reparar "un olvido histórico" (la última visita de Estado tuvo lugar hace 73 años) y consolidar las relaciones entre ambos países.Los cuatro ministros franceses, tras su llegada , celebraron ya un primer encuentro con sus homólogos suizos a fin de evocar conjuntamente en el plano diplomático el diálogo Este-Oeste, la seguridad en Europa, los problemas de desarme, el papel de los países neutrales y no alineados y la necesidad de un clima de paz y distensión.

En el terreno de la economía y las finanzas, el ministro francés Delors trata de explicar a los suizos su política de rigor, su lucha contra la evasión fiscal, su posible recurso al mercado helvético de capitales y la conveniencia de intensificar la cooperación en todos los ámbitos. En el plano militar, el ministro de Defensa, Hernu, por su parte, dice interesarse mucho por la organización militar suiza. Como el Ejército helvético está en período de renovación de equipamiento, no sería demasiado arriesgado suponer que Francia intentase vender material bélico.

Los suizos, en el plano comercial, no parecen estar dispuestos a liberalizar mucho más sus mercados. A finales de 1982, el déficit con Francia rondaba los 2.000 millones de francos suizos (unos 130.000 millones de pesetas) y su propósito continúa siendo equilibrar, siempre que sea posible, la balanza.

En la historia de las relaciones franco-suizas hay una deuda de guerra por Napoleón Bonaparte cuando en 1800 intentó atravesar el gran San Bernardo y que el pequeño pueblo de Bourg Saint Pierre, en el cantón del Valais, no está dispuesto a olvidar.

Aprovechando la presencia de Mitterrand, el presidente de la comuna, Fernand Dorsaz, ha hecho llegar al Elíseo un informe con todos los detalles. La factura se elevaría a 45.334 francos (casi tres millones de pesetas) y, según consta en el municipio, Napoleón se comprometió con su firma a pagar los daños causados por sus tropas así como la ayuda prestada por la vecindad de la época.